“He sobrevivido dos veces al Covid”
Ricardo Hernández Silva afortunadamente no requirió de hospitalización, pero no quiere pasar por un tercer contagio

Ricardo Hernández Silva se lava constantemente las manos, usa cubrebocas y respeta el distanciamiento social religiosamente y es que se ha infectado de Covid-19 en dos ocasiones.
“He sobrevivido dos veces al Covid y la verdad es que no quiero intentar una tercera”, añade el contactor público de 38 años de edad.
Su primera infección ocurrió a inicios de septiembre del 2020.
“Yo empecé a sentirme afiebrado, con dolor de cabeza, irritación en la garganta y un poco de cuerpo cortado, pero la verdad nunca pensé que fuera Covid”, relata.
Como trabaja en una oficina, para no arriesgar a nadie decidió consultar a un médico, pero en cuanto llegó al lugar apenas les dijo los síntomas y lo pasaron a un área especial para pacientes sospechosos al virus.
“Cuando vi eso me puse muy nervioso, pero esperanzado en que no fuera la enfermedad, lamentablemente el doctor me dijo de inmediato que sí era Covid y me empezó a hablar de mis incapacidades y que tenía que aislarme.
“Recuerdo que yo sentí ese diagnóstico como una sentencia de muerte, pensé que me iban a intubar, hospitalizar o sabe qué cosa, yo dije, ‘de esta ya no salgo’”, expresa.
Siempre extremo la higiene y trato de estar alejado de los demás, pero aún así, la verdad me siento muy agradecido de poder contar mi experiencia en estos momentos”.
TOMAR LAS COSAS CON CALMA
Pero ya por la tarde logró tranquilizarse y no pensar mucho en el diagnóstico, relajarse y poner lo mejor de sí para recuperarse.
Las siguientes dos semanas tuvo mucho dolor de cabeza, de garganta, un poco de tos y un dolor de cuerpo que describe como insoportable.
“Tanto que no pude ni dormir por casi tres días, era como si me hubiese pasado un carro encima”, describe.
Así estuvo una semana y a la siguiente sólo tuvo un poco de debilidad y cansancio. Tomó todos los tés que le decían sus conocidos, desde uno de canela y miel, hasta uno de jengibre.
Y LA SEGUNDA...
Para cuando su incapacidad terminó ya se sentía mejor y pudo volver a sus actividades laborales.
Por supuesto que siguió con todos los cuidados hasta que a finales de noviembre, o principios de diciembre, de la nada se levantó sin sentido del olfato ni del gusto.
“Mi primera reacción fue pensar: ‘No es cierto’, ‘no puede ser que sea otra vez Covid si ya me dio’, pero nunca me había pasado algo igual, no distinguía ningún olor o sabor”, indica.
De inmediato se volvió a aislar, fue a consulta, pidió de nuevo las incapacidades y de nuevo trató de tranquilizarse.
“Afortunadamente vivo solo, pensé, para no infectar a nadie, pero también desafortunadamente, porque la mente viaja, te hace pensar muchas cosas y te pone mal, la verdad”, comenta.
“En ese momento me dio el bajón bien feo, no podía asimilar que me diera por segunda vez, mi pensamiento fue decirme a mí mismo: ‘ahora sí, ya no la voy a contar’”.
Pero fue afortunado, ya que en esta segunda infección los síntomas fueron más leves: No hubo tanto dolor de cuerpo, sólo dolor de cabeza leve y la pérdida de gusto y olfato durante unos trece o quince días.
“Ahorita sigo cuidándome aún más que antes, la verdad no quiero una tercera vez con esta enfermedad”, afirma, “porque el pánico de que se vaya a los pulmones siempre está ahí, más ahora con las nuevas cepas”.

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