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El Imparcial / Hermosillo / Historia de vida

Expande "Toñita" su mente y comparte su talento

Antonia Duarte Bravo había decidido que trabajaría como maestra durante toda su vida, por ello, cuando le diagnosticaron un problema en las cuerdas vocales que la obligó a pensionarse tras 43 años en el magisterio, sufrió una depresión.

Más de dos décadas después de su retiro como docente, sus momentos difíciles ahora son cuando hay vacaciones en la Casa Club de Jubilados y Pensionados del Isssteson, a la que llegó en 1996 y que desde entonces considera su segundo hogar.

"Toñita", como es conocida entre sus compañeros, asegura que ha pasado por casi todos los talleres que se ofrecen ahí, pero está principalmente enfocada a la música.

La melódica, un instrumento de viento que produce sonido a través de un pequeño teclado y un tubo de aire, es el que toca "Toñita" en la Orquesta Didáctica de la Casa Club.

"Siempre me ha gustado la música, y estando en el hogar infantil La Providencia fue donde tuve la oportunidad de hacerme del acordeón y empecé a tocarlo, pero desde la secundaria me gustó la música. Y en el coro de la iglesia fue donde aprendí sobre las notas", platicó.

De la depresión por la que pasó cuando tuvo que dejar su trabajo en la enseñanza, "Toñita" señaló que ya no queda nada, pues es una de las "chipilonas" de sus compañeros.

Con un largo suspiro, dejó en claro que es feliz desde su llegada a la institución: "Muchas veces hay dificultades en la familia cuando somos de diferente opinión, es mejor salir y compartir".

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