Conservan tradiciones de cuaresma

HERMOSILLO, Sonora.-  Luis Valdez y José Valenzuela son un par de artesanos que tienen su taller en la colonia El Ranchito y han ganado fama por sus máscaras de fariseos.

Los dos crecieron en El Ranchito, uno de las colonias que conserva las tradiciones en Semana Santa porque tiene unas de las ramadas de los fariseos de la etnia Yaqui.

De niños formaron parte de las fiestas y participaron como cabos, después como chapayecas y ahí fue cuando se dieron cuenta de la habilidad que tenían para trabajar el chilicote, la madera, para darle forma a los rostros.

“Nosotros empezamos viendo, como todo, y luego se anima uno a hacer las cosas, yo aprendí en el Coloso allá con don Lirio, en mi primer año vi cómo se hacían las cosas, fue como me animé”, contó José Valenzuela.

La fama del taller Empresa W.J. ha llegado a otros municipios de la Sierra de Sonora donde también celebran la Semana Santa con la vestimenta de los chapayecas por devoción y en esta temporada les llegan a solicitar hasta 90 artículos.

Explicó que las nuevas generaciones de fariseos piden máscaras cada vez más elaboradas porque les agregan plumas de avestruz, colas de caballo y cuernos de toro, entre otras piezas que son difíciles de conseguir.

“Antes eran seris, eran indios, eran apaches, orejones, y después ya fueron sacando caricaturas, bufones, payasos, mejores penachos, indios, pero con mejores plumajes, caras y así fue como nosotros también fuimos evolucionando con las máscaras”, dijo.

El trabajo de José y Luis empieza 20 días antes del Miércoles de Ceniza, día que marca el inicio de la Cuaresma, porque tienen que programar con tiempo el chilicote, cuero, hilos y otros materiales para elaborar las máscaras.

En esta temporada la máscara que más les han pedido es la del diablo cuyo precio oscila entre los mil 500 y 4 mil pesos, todo depende del material que se utilice.

Al final las máscaras son quemadas en el Sábado de Gloria por quienes participan para pagar su penitencia.