Con optimismo, Paulina Navarro Arias da la batalla al cáncer por segunda vez
Fue en el 2003 cuando le detectaron el cáncer de mama por primera vez a Paulina, por medio de una mastografía.

HERMOSILLO, Sonora.-Paulina Navarro Arias, a sus 67 años, ha enfrentado el cáncer en dos ocasiones, ha sido operada de sus senos tres veces y sigue con quimioterapias, pero su optimismo y amor por la vida son la mayor arma para vencer este padecimiento.
“Tu actitud es un porcentaje muy alto para que tu tratamiento sea el mejor; hay que tener la mejor actitud, ponernos en mano de Dios y confiar en los doctores que te atienden”, dijo convencida.
Yo cuando siento que voy a estar deprimida procuro irme a un súper a hacer las compras, a hacer algo, si no tengo nada qué hacer me lo invento, el caso es no estar pensando o lamentándose por algo que no va a cambiar”, comentó.
La primera vez
Fue en el 2003 cuando le detectaron el cáncer de mama por primera vez a Paulina, por medio de una mastografía. Cuando recibió la noticia mencionó no estar del todo sorprendida, ya que había notado una malformación extraña en su pecho derecho mientras se veía al espejo.
En vez de lamentarse, Paulina agradeció a Dios su diagnóstico porque a su parecer era una bendición saber que el cáncer lo tenía ella, y no uno de sus hijos.
“En la primera ocasión ya me lo imaginaba porque me noté un hundimiento en el pecho, yo no sabía qué creer, porque siempre decían que me preocupara si había una bolita, pero al ver el hundimiento dije, ‘esto no es normal’”, recordó.
“Años antes de eso yo había visto una serie donde salía una señora con un hijo con cáncer y decía ‘Dios dame el cáncer a mí y no él’, entonces pensé, ‘Dios mío que lindo eres, que me diste el cáncer a mí y no a mis hijos’, estaba muy agradecida”, expuso.
No es fácil ¡Pero lucha!
Eso no significa que todo haya sido fácil, ya que durante su primer proceso oncológico, y el actual, que inició en el 2019 por un tumor maligno en el pecho izquierdo, Paulina ha sufrido un deterioro físico importante.
Sus huesos se descalcificaron, ha habido ocasiones en que siente dolor, desanimo, o impotencia por los efectos que hace la quimioterapia a su cuerpo. Uno de los momentos más difícil que enfrentó fue sin duda perder su cabellera, admitió, ya que tenía la esperanza de que su pelo no se cayera, pero eso no sucedió.
“En la primera quimio yo me veía el cabello y decía, ‘a mí no se me va a caer, yo lo siento bien’, pero a los 15 días se me empezó a poner muy feo, cenizo, opaco, parecían espigas”, contó.
“Después iba en el carro y veo en el asiento un mechón de cabello, en ese momento pensé, ‘por favor no’, luego me toqué el cabello y se vino otro mechón; recuerdo que llegue a la casa y se me salieron las lágrimas, no lo podía creer”, dijo.
Su fortaleza es la familia

Afortunadamente, en todos esos momentos difíciles Paulina contó con el apoyo de su esposo, sus hijos, sus hermanas y en esta segunda ocasión sus nietos.
Ellos le han dado el cariño y amor suficiente para ayudarla a luchar y sobrellevar este padecimiento, por lo que les está totalmente agradecida.
“El cáncer te cambia la vida porque eres feliz, pero sabes que hay algo ahí, que somos mortales, somos conscientes de que no somos tan sanos como los demás”, expresó.
“Eso te ayuda a apreciar mucho más las cosas, a querer más, a demostrarlo más a tu familia, a ser mejor persona”, dijo.
¡A luchar con todo!
A las personas que apenas inician con un tratamiento oncológico los invitó a ser optimistas, a aferrarse a sus creencias y a los seres que aman, ya que son esas las cosas que mantienen altas las ganas de vivir, y de salir adelante.
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