Alejandra representa la unión en su familia
Su vida transcurre de manera normal y con el apoyo de su familia, la adolescente está en la búsqueda de aquello que la haga feliz.

HERMOSILLO, Sonora.- Hace unos días, en una salida, Olga Lidia le preguntó a su hija menor si ya quería ver los vestidos de quinceañera. Alejandra recién cumplió los 13 años, pero siente una gran ilusión de llegar a los 15 y celebrarlos con su familia.
“De hecho ya eligió uno que le encantó, le gustó mucho”, dice Olga Lidia Ochoa. Ni ella ni su esposo, Heraclio Esquer, ni la misma Alejandra, pueden ocultar su emoción al imaginarse ese
momento.
Mucho menos cuando piensan en cómo les ha cambiado la vida en 10 años: “Es una bendición tenerla, porque es una de las niñas que tienen más daños en quemaduras y estuvo muy grave. Gracias a Dios salió de eso”, dice la madre.
Habla del incendio de la guardería ABC, del cual ambas son sobrevivientes: Ella como maestra y Alejandra como alumna de entonces 3 años recién cumplidos.
Madre e hija tardaron algunas semanas en reunirse de nuevo: Alejandra fue trasladada a Sacramento con el 80% de su cuerpo con quemaduras de tercer grado. Olga Lidia, por sus lesiones, también estuvo hospitalizada varios días en Obregón, al principio sin saber nada de su pequeña.
LA UNIÓN, LA CLAVE
Desde ese momento y hasta ahora, la unión ha sido la clave en la familia Esquer Ochoa, pues entre los padres y los dos hijos mayores ayudaron a Alejandra a aceptarse, a salir adelante y a no ponerse límites.
Y es que a pesar de que hacer sus ejercicios en las terapias era doloroso al principio, y de que debió aprender a lidiar con las miradas de extraños, su vida transcurre con total normalidad, entre la escuela y su familia.
“Yo aprendí a vivir así porque casi no me acuerdo de cómo era mi vida antes de eso. Así ya me acostumbré”, expresa.
SU ILUSIÓN
En sus primeros años de la adolescencia, Alejandra está en la búsqueda de encontrar aquello que la haga feliz: Probó primero con la natación, pero después de un tiempo lo puso en pausa porque le incomodaba exponerse mucho ante otras personas. También le gusta patinar, aunque ahora no puede porque el calor le afecta su piel.
Unos años atrás su ilusión era “ser como los doctores que me ayudan”. Ahora mantiene esa inclinación hacia la salud, pero le llama más la atención la sicología, y explica: “Me gusta que las personas se abren de sus sentimientos con el doctor y se expresan, y ellos le dicen cómo afrontar las situaciones”.
En el tiempo que ha pasado desde el 5 de junio de 2009, ni Alejandra ni su mamá han vuelto a la guardería ABC, ni siquiera a la colonia. Este día, sin embargo, toda la familia acudirá a la misa que se realiza afuera de las instalaciones.
“Siempre me he mantenido al margen, nunca hemos ido a marchas, a ninguna actividad. De hecho, normalmente los 5 de junio no estamos aquí”, agrega Olga Lidia Ochoa. “Ahora sí vamos a ir a la misa que hacen en la guardería, ya lo platicamos con los otros niños y todo”.
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