Abuelitos se adaptan al aislamiento
Mantienen cercanos a sus seres queridos con videollamadas.

La tecnología ha sido el mejor aliado del matrimonio Cota Badilla, una pareja ambos de 71 años de edad, que
sortea la soledad del aislamiento gracias a las videollamadas y a Zoom. Y tienen así 10 meses.
Francisca Badilla Estrada, de 71 años de edad, ama de casa y miembro activa de Grupo Amor, colectivo religioso, relata que no se le dificultó el uso de herramientas como WhatsApp o Zoom, ya que sus nietas le enseñaron.
“Mi esposo también se mete un poco en el teléfono. Pero está bien mi esposo en la cuestión de los resfriados, sin coronavirus. Gracias a Dios estamos bien los dos”, comenta. Su esposo, Víctor Manuel Cota Miranda extraña a sus nietas.
“Me la llevo ocupado con las matitas. No falta qué hacer. Tristes sí, por las nietas, porque no las puedo abrazar, convivir mucho con ellas. Nos la llevamos separados. Y ahora peor”, añade.
Para ‘Panchita’, el uso de la tecnología la ha ayudado a estar más activa en la iglesia, ya que anteriormente por cuestiones familiares no había podido acudir, sin embargo, con las videollamadas ha logrado estar más
activa en el grupo.
“Estoy en un grupo, llamado Grupo Amor, es de oración para pastores y ahí estoy muy activa. Estuve un tiempecito que no estuve activa pero ahora sí. Por mi edad ya no me ponen a lo que hacía antes, pero estoy contenta y tranquila”, cuenta.
Durante la pandemia se han alejado físicamente un poco de la familia, pero intentan realizar actividades como repostería, ejercicio, trabajo en casa o bien, jardinería para mantenerse ocupados y evitar sentirse solos durante el encierro.
ANALFABETISMO DIGITAL
El analfabetismo digital ha afectado a los adultos mayores, ya que, al no saber utilizar los teléfonos inteligentes o la computadora, ocasiona que se sientan rezagados, asegura Virgilio Arteaga González.
“Quienes tienen conocimientos previos en el uso de celular, redes sociales y computadora han podido soportar mejor la pandemia y el protocolo de la pandemia de mantenernos en casa y dar un ejemplo correcto a los nietos e hijos”, señala el director de Abuelos
Trabajando por Sonora I.A.P. “Lo que ellos dicen es que no pueden hacer una llamada telefónica porque se les enreda el teléfono pero no quieren hablar a hijos y nietos para evitar enfermedades. Es una situación muy compleja que se ha creado al haber un analfabetismo digital en el adulto mayor”, apunta.
Agrega que el analfabetismo digital ha ocasionado que los adultos mayores rompan protocolos.
MÁS VULNERABLES
El no ver a sus seres queridos y haberse restringido la actividad fuera del hogar, ha ocasionado que personas de la tercera edad sean vulnerables a la depresión, indica Francis del Real.
La sicóloga clínica explica que esta condición también se genera a partir de saberse vulnerables ante la enfermedad, ya que el Covid-19 es una enfermedad que afecta con mayor intensidad a los grupos de riesgo como mujeres embarazadas y adultos mayores, así como personas con enfermedades crónicas.
“La combinación del riesgo y los efectos del confinamiento derivaron en cuadros de ansiedad, principios de
depresión, por lo mismo. Aparte que si algunos de ellos dependían de que alguien estuviera con ellos, se les hacía muy complicado”, comenta.
Pero es posible contrarrestar estos efectos, asegura la especialista, buscando que la familia continúe presente por medio del uso de la tecnología, así como también de continuar brindando el apoyo a los padres y abuelos
con las tareas como el pago de servicios, las compras, entre otros.
“Muchas familias lo que han hecho es hacerles el súper, lo que ellos requieren y dejar las cosas en la puerta evitando el contacto pero sin dejar de cumplir con esa responsabilidad”, añade.
MANTENER COMUNICACIÓN
Resalta la importancia de mantenerse en comunicación constante utilizando las videollamadas.
“Esta es una herramienta, la cual, las personas estamos haciendo uso para hacernos presentes. Eso en el caso de los adultos mayores tiene más importancia. Que tengan acceso a sus nietos, incluso incentivarlos a ellos mismos a que tengan esa comunicación entre amigos”, dice.
Del Real expone que con estas medida se busca aminorar el aislamiento social y el efecto psicológico que tiene en las personas.
“Debemos estar cuidando y manteniendo de alguna manera. Algunos de los signos de alarma para los familiares son la falta de apetito, trastornos del sueño”, detalla.
Es necesario observar si la persona se nota más ansiosa o triste, sin ganas de hacer las cosas, recomienda la sicóloga a las familias, ya que son signos de alerta.
“No hay que descuidar eso”, puntualiza, “hay que observarlos, platicar con ellos y profundizar en lo que están experimentando, en sus preocupaciones. Si empiezan a ver esos cambios también se requiere la ayuda profesional”.
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