Nacido para jugar
Desde muy pequeño soñó con llegar a ser un jugador profesional, y ahora que lo es, el nuevo refuerzo de Cimarrones de Sonora, Jesús Alfonso Quijano, anhela llegar a jugar en Europa y darle una mejor vida a su familia.
Nacido en Zapopan, Jalisco, pero criado en Agua Prieta, Sonora, el delantero empezó practicando futbol junto a su cuate Jesús Alonso en las polvorientas canchas de esa ciudad fronteriza, donde ambos destacaron rápidamente.
“Yo nací para el futbol, yo creo que yo nací con un balón de futbol, desde chiquito me gustó el futbol, me acuerdo que de niño jugábamos y me ponía hasta espinilleras de cartón para jugar, es lo que he soñado siempre, llegar hasta Europa si se puede”, comentó.
Ambos hermanos fueron reclutados por Héroes de Caborca una vez que el equipo logró el ascenso a la Segunda División, pero fue sólo Alfonso quien tras dos temporadas con ese club fue reclutado por Jaguares de Chiapas.
“En Agua Prieta había muchas carencias, no hay mucho apoyo, cuando llegué a Héroes de Caborca me cambió todo, por que es un panorama en que todo es profesional, en las ligas municipales no hay tanto filtro, tu llegas y juegas como vas”, mencionó.
Ya bajo la firma del cuadro chiapaneco, fue cedido al club Juan José de Gracia en Michoacán, donde sólo estuvo un par de meses antes de integrarse a la Sub 20 de Jaguares otra vez.
“En la Sub 20 es más técnico, en una Segunda el futbol es más físico, más correlón, el físico se usa para todo, pero allá (Sub 20) es más técnico, el que se equivoca puede perder su puesto.
“Estuve con figuras como Carlos Ochoa, Mauricio Romero, Lucas Viatri, Franco Arizala, David Toledo, a quien más recuerdo es a Toledo, ya que es una muy buena persona y sobre todo un gran futbolista”, añadió.
A la emoción de ser requerido por una escuadra de Primera División se le sumó la noticia de que a sus 19 años sería papá, por lo que sueño de llegar a consagrase a nivel nacional no sólo se potenció, sino que se volvió una necesidad estando a cargo de una familia.
“Es algo muy bonito tener a mi niña (Camila), algunos me decían ‘no, estás muy joven’, pero pues muchas veces es mejor tenerlos de más joven, porque vas a llegar fuerte todavía cuando crezca, la verdad me inspiró más.
“Por ella voy a seguir luchando, voy a trascender por ella, por darle lo mejor, primero por mí mismo y luego porque ella esté bien, es como un motorcito que entró a mi vida”, expuso.
Ahora con 21 años, tiene una oportunidad no sólo de estar más cerca de su familia jugando para Cimarrones de Sonora, sino también de volver a demostrar por qué le llenó el ojo a los visores que una vez viajaron desde tan lejos para verlo jugar de cerca.
Y aunque la competencia interna será intensa, no será la primera vez que dispute un lugar en el once titular con varios de los delanteros de Cimarrones, ya que muchas veces fue llamado como refuerzo para acudir a los Nacionales infantiles representando a Sonora.
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