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Vencen al virus siete miembros de una familia

Yazmín Arely se convirtió en la “enfermera” de su casa cuando, uno a uno, sus parientes se contagiaron de Covid, incluso ella misma 

Vencen al virus siete miembros de una familia

HERMOSILLO.- Momentos de verdadera desesperación e incertidumbre vivió Yazmín Arely Cuamea Araujo, una joven de Ciudad Obregón, al tener que cuidar a su mamá, padrastro y abuelos enfermos de Covid-19, resultando contagiada ella misma en el proceso.

En mayo pasado, Yazmín recibió una llamada por teléfono que no esperaba escuchar: Era su madre diciéndole que sentía dolor de cabeza e irritada la garganta, lo cual, al tener constante información sobre el virus, ocasionó que de inmediato pensara en Covid-19.

“Yo le pedí que fuera al doctor a revisarse de inmediato. Mi mamá es de las personas que si se enferman se quieren curar solas y no me hizo caso; además, la verdad es que nadie le toma importancia a un dolor de cabeza”, contó.

Conforme pasaban los días, Yazmín, quien vive actualmente en Cananea con su familia, hablaba constantemente con su madre para saber cómo seguía, escuchando preocupada que en cada llamada parecía más grave.

“A los días seguía el dolor de cabeza... empezó a tener dolor de huesos y luego fiebre. Yo le exigí que fuera al doctor y un día se sentía tan mal que por fin fue a consulta, pero le dijeron que tenía una infección muy fuerte en la garganta y la mandaron a casa con paracetamol y amoxicilina”, recordó.

Cuamea se quedó más tranquila con el diagnóstico al pensar que no era coronavirus, pero tan sólo unos días después su madre tuvo que ser hospitalizada por no oxigenar suficiente, momento en que se confirmó el diagnóstico de Covid-19.

De inmediato, Yazmín tomó sus maletas y viajó a Obregón para ir a ver a su madre, y aunque sus conocidos le desaconsejaron hacerlo, ella sentía que su lugar era estar a su lado, cuidándola.

“Afortunadamente no dejaron a mi mamá internada, sino que la mandaron a casa con tratamiento”, explicó, “cuando llegue a Obregón vi una imagen que no me esperaba: Encontré a mi mamá apenas respirando, estaba jadeando, hacía un ruido muy feo para agarrar aire”, dijo.

Cuando me vio se le escurrieron las lágrimas y me decía que ‘no’ jadeando, no podía decir nada más, pero quería que me fuera. Yo con cubrebocas y sobándole las piernas le dije que no, que la cuidaría y que iba a salir adelante”.

DÍAS DIFÍCILES
Por si fuera poco, no sólo estaba enferma su mamá: También su padrastro se encontraba enfermo y aislado en otra recámara, igual sus dos abuelos, convirtiendo los siguientes trece días en un verdadero reto para Yazmín.

“Mi nana afortunadamente apenas iba empezando con el virus, yo cuando me di cuenta que tenía síntomas la agarré inmediatamente en su silla de ruedas y me la llevé al doctor”, mencionó.

“Cuando le dije al médico que tenía a mi mamá enferma de Covid en la misma casa que mi nana y que ella había empezado con síntomas, me recetó tratamiento y de inmediato empezamos a dárselo, siendo eso, creo yo, lo que ayudó mucho a que mi nana no empeorara como mi madre, por que el tratamiento se le dio a tiempo”, expuso.

Yazmín a diario se pasaba de un cuarto a otro revisando la oxigenación de su madre, padrastro y abuelos. Les daba comida, los ayudaba a asearse, salía a buscar medicamentos a las farmacias y se encargaba de la casa.

...Y LE TOCÓ A ELLA
Cuando vio que por fin todos empezaban a mejorar, Yazmín comenzó a sentirse muy cansada y con sueño, y aunque el principio lo atribuyó a los difíciles días que había pasado, una noche tuvo fiebre y entendió que se había contagiado.

“Yo de inmediato supe que era eso, por que yo convivía con todos y estaba segura que sí era”, señaló.

“Empecé con dolor de garganta, dolor de cuerpo, fiebre y el peor dolor de cabeza que he sentido. Al primer día me tomé el tratamiento y tres días después ya estaba bien, porque igual que mi nana todo lo hice a tiempo”, explicó.

Junto con ella, su hermano y un tío también enfermaron, siendo un total de siete los miembros de su familia que tuvieron Covid-19.

Yazmín dijo sentirse muy desesperada de ver cómo la gente no cree en la enfermedad y continúa saliendo a la calle como si nada pasara, más aún después de todo lo que vivió con su familia.

Aunque actualmente se encuentran bien, Yazmín y todos sus familiares no dejan de cuidarse de la enfermedad, ya que temen que una reinfección pueda tener consecuencias más graves para ellos.

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