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Renovaron sus votos matrimoniales cientos de parejas cajemenses

Durante la misa, el obispo Felipe Pozos Lorenzini, acompañado por un grupo de sacerdotes, recordó el valor de la familia dentro de la comunidad católica

Renovaron sus votos matrimoniales cientos de parejas cajemenses

Ciudad Obregón — Más de 100 parejas cajemenses renovaron sus votos matrimoniales durante la misa de la Sagrada Familia, celebrada la noche del domingo en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, mejor conocida como la Catedral.

La celebración de la Sagrada Familia de Jesús, María y José se realiza año con año el domingo posterior a Navidad.

Durante la misa, el obispo Felipe Pozos Lorenzini, acompañado por un grupo de sacerdotes, recordó el valor de la familia dentro de la comunidad católica y la importancia de preservarla, además de dar por concluido el Año Jubilar.

El dirigente de la Diócesis de Ciudad Obregón compartió durante la homilía que Dios es una familia conformada por el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y la comunión de las personas, unidas por el amor que existe entre ellas.

Renovación de votos en Ciudad Obregón.

Comentó que Dios llegó al mundo a través de una familia, como la de cada uno de nosotros, y que, al igual que todas, enfrentó preocupaciones, dudas y dificultades.

Toda familia es reflejo del misterio trinitario. Queremos la familia ideal, pero eso no existe. Existe la familia que tenemos, la que nos tocó. Yo quisiera que mis padres, mis hijos, mi esposa o esposo fueran así, pero eso no existe; existe la familia que tenemos y es a ella a la que tenemos que amar, cuidar, respetar, servir y perdonar de ser necesario”, destacó.

Señaló que en cada familia debe reinar la paz de Cristo, ya que de ella depende que todo transcurra en tranquilidad y bienestar, pues perderla nos hace vulnerables ante el mal.

Renovación de votos en Ciudad Obregón.

Recordó la importancia de ser agradecidos, aconsejar y enseñar con el corazón lleno de gratitud, así como alabar a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales, ya que, dijo, una familia que no ora no puede permanecer unida.

Previo a concluir la misa, las parejas se pusieron de pie frente al altar y repitieron sus votos matrimoniales; posteriormente, recibieron la bendición del obispo y de los sacerdotes que lo acompañaron.

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