Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Sonora / Cáncer de mama

“No vales por un pecho”: Al ser diagnosticadas con cáncer de mama, ellas se derrumbaron pero se levantaron y así narran su lucha

Luz Estela Coronado y María del Refugio Fraijo Álvarez, dos sobrevivientes del cáncer de mama, narran sus experiencias y aseguran que nunca se rindieron contra la enfermedad.

“No vales por un pecho”: Al ser diagnosticadas con cáncer de mama, ellas se derrumbaron pero se levantaron y así narran su lucha

HERMOSILLO, Son.- “Mamá, no vales por un pecho”, fueron las palabras más reconfortantes que Lucecita pudo haber escuchado de sus hijos cuando fue diagnosticada con cáncer de mama y perdería uno de sus senos.

Luz Estela Coronado, de 50 años de edad, es sobreviviente al cáncer de mama, el cual le fue diagnosticado en abril de 2021, luego de que se realizara una autoexploración y se detectara una bola pequeña y firme en uno de sus senos.

Cuando acudí al médico, me hizo una exploración mamaria y pues ella me mandó a hacer un ultrasonido y pues no le gustó a la doctora y me mandó a hacer una biopsia y en cuanto me dijeron: ‘Es cáncer’, pues sí se me derrumbó el mundo”, dijo.

VIVE SU DUELO

Lucecita, como de cariño nombran, recordó que, como ser humano, vivió su duelo al enterarse de la noticia, pero no dejó que la desmotivara ni que su esencia se apagara, pues tenía el apoyo de sus tres hijos, quienes nunca la dejaron sola.

En principio, también los vi que se vinieron abajo, pero como también tomé el toro por los cuernos, o sea, sí fue como una semana de caos, de llorar, de ver todo gris, pero ya cuando dije: ‘No, pues ya, a lo que sigue”, ellos también como que ya se relajaron”, indicó.

Luz Estela dijo que tras la detección del cáncer, en menos de una semana le practicaron la mastectomía.

Una vez que le extirparon uno de sus senos, Lucecita estuvo quimioterapias, las cuales le aplicaron cada 21 días y en total fueron ocho, y dos meses después tuvo que realizar 25 sesiones de radiación.

EL AMOR DE SUS HIJOS

Para Lucecita, el amor de sus hijos fue su mejor cura, quienes estuvieron siempre a su lado, a pesar de que el mundo estaba pasando por la pandemia por Covid-19.

Mi hija más chica, que es la única mujer, me acompañó en todo. Cuando me fui a Obregón, porque estuve dos meses allá, ella me acompañó, pero yo sentí que los tres estuvieron conmigo siempre“.

“Mi hijo, el más grande, era muy amoroso en decirme: ‘Mamá, todo va a estar bien’ o ‘Mamá, anoche soñé que Dios me dijo que vas a estar bien’; ‘Mamá, te amo’, y se me hacía un nudo (en la garganta)”, externó.

Perder un seno fue para ella una experiencia difícil, pero afortunadamente se le hizo una reconstrucción.

Hay que echarle ganas. Yo sé que es muy fácil decirlo y quién más que yo sabe por lo que pasamos. Sí es difícil, pero si no corremos nosotros por nuestra vida, nadie más lo hará por nosotros”, dijo Luz Estela Coronado.

“Yo amo mi vida y quiero vivir, yo quiero seguir bailando, yo quiero y amo a mis hijos y quiero estar todavía. Por eso, ahora me dedico a concientizar. Me gusta, o sea, con un granito de arena, con una mujer que se concientice, me doy por bien servida”.

“El doctor me envió con el cirujano de ahí mismo, del Seguro, y desde que salí con mi hoja y mi orden, yo salí loquita porque yo sí quería operarme, y lo ‘padre’ fue que no me pusieron implantes, me quitaron grasa, piel de aquí (abdomen) y con eso reconstruyeron mi mama”, detalló.

UN REFUGIO DE ESPERANZA

La pérdida del cabello, fue otra de las secuelas que le dejó el cáncer a Lucecita, pero también le dio la oportunidad de encontrarse con el grupo Cucas que le brindaron su apoyo incondicional y del cual ahora es parte.

Por eso ahora digo que ‘Cucas fue mi refugio’”, expresó Luz Estela.

La historia de Cuquita: dos veces guerrera

A escasos días de enterarse que había vencido al cáncer por segunda ocasión, Cuquita, de 81 años de edad, dijo sentirse la mujer más afortunada del mundo, pues logró enfrentar con valentía y entereza la mortal enfermedad y pudo salir librada.

María del Refugio Fraijo Álvarez es sobreviviente al cáncer de mama y al cáncer de colon en distintas etapas de su vida, y el pasado 10 de octubre, sus médicos le dieron la gran noticia de que una vez más había vencido la enfermedad.

Platicó que la primera vez que le diagnosticaron la enfermedad fue en agosto de 2006, y fue cáncer de mama, y a pesar de que al principio sólo pensó en “muerte”, su actitud positiva ante la vida y la fe en Dios, le ayudó a superar la adversidad.

Pues hasta aquí quedé, dije yo, pero tuve mucha fe, mucha fe ante todo, muy católica. Y las hermanas del Hospital San Francisco, como Blanca (hermana) y yo íbamos a misa en la mañana todos los días sin saber todavía que yo tenía cáncer, ya cuando me diagnosticaron, las hermanas franciscanas siempre pidiendo por todos los enfermos y por mí, porque me quieren mucho”, dijo.


SIENTE UNA BOLITA

“Cuquita”, como le dicen de cariño, recordó que su brazo rozó uno de sus pechos y sintió una bolita, situación que la alertó y gracias a la detección a tiempo, pudo salvar su vida.

‘Luego, luego, fui al Hospital General y me vio el doctor Ernesto Rivera Claisse y ya cuando me operaron del pecho, dije yo antes: ‘No sé cómo me vaya, pero no debo de perder la fe’”, externó.

A pesar de su fe y sus deseos de vivir, Cuquita confesó que cuando supo que tenía cáncer, empezó a revisar clóset y seleccionó gran parte de su guardarropa con el fin de regalarla a las mujeres de escasos recursos.

“Dije: Tengo que ver el clóset, regalar tanta ropa que tengo para que mi hermana, si pasaba algo malo, después que ella no ande apurada. Todo yo pensando, pero no en morirme, pero quitarme de tanta ropa”.

A las muy jovencitas, de 25 a 30 años, éntrenle, no tengan miedo por ningún motivo, nada de miedo. Hay que arreglar las cosas a tiempo y a las señoras de la tercera edad, también hay que entrarle, tomando el medicamento, lo que diga el médico y Dios por delante”, expresó María del Refugio Fraijo.

No hay que dejarse, hay que checarse inmediatamente. No hay que tener miedo, al contrario. Si salen bien, qué bueno y si salen mal, pues pueden estar a tiempo. Lo mismo es para los hombres, no hay que tener miedo”.

OTRO GOLPE

Pasaron siete años para que Cuquita fuera diagnosticada libre de cáncer, pero en 2018 recibió un segundo “golpe”, pues sus médicos le diagnosticaron cáncer de colon.

Esta segunda vez dije: Pues a cargar pilas y Dios por delante y la Virgen María y toda la corte celestial, y a mis padres, seguir adelante. Y sí, no tuve dolor nunca. Hacía mis quehaceres, trapear, barrer todo.

“Al principio, pues poquito podía moverme porque estaba operada, pero sí, bien (de ánimo) y prender el radio y bailar y cantar, regar los árboles. Los árboles tienen el oxígeno, gracias a Dios. Jamás perdí el ánimo”, recordó.

A ella nunca se le cayó el cabello ni tuvo cambio de color de piel ni vómitos.

Nunca sufrí dolores, jamás, por eso yo les digo a todas las mujeres jóvenes y adultas: No le tengan miedo a esto. Ustedes tomen mucha fe y empeño a salir adelante, como yo, Gracias a Dios”, apuntó.

Te puede interesar: Baja en Sonora la mortalidad por cáncer de mama

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados