Visitan panteones para honrar a padres que ya no están con flores y buenos recuerdos en Hermosillo

Hermosillo, Sonora.- Los padres de familia que descansan en los panteones de Hermosillo fueron visitados en el Día del Padre, recordados como personas que llenaron de dicha y alegría un hogar y reconocidos por haber trabajado de manera incansable.

Griselda Quintero Quintero, de 51 años de edad, fue a visitar a su hijo, Jesús Verdugo Quintero, quien falleció a los 23 años, hace cerca de 3 años. Sus restos descansan en el Panteón Norte.

No hay día del hijo, pero vengo en el Día del Padre, en su cumpleaños, en el día que se me fue ese día no vengo para nada, pero cuando puedo vengo”, dijo.

En vida tuvo una hija, explicó, quien actualmente tiene 6 años de edad. Jesús Verdugo era apodado de cariño “Keshu” y lamentablemente falleció en un hecho violento en Hermosillo.

Hermosillo

Visita a su papá en el panteón por el Día del Padre

Era un amante del fútbol, orgulloso de Las Chivas. Festejaba ante sus adversarios los triunfos del equipo mexicano. Para darle una mejor vida a su “princesa”, que era como le decía de cariño a su hija, se fue a trabajar a los Estados Unidos.

Estaba en el otro lado trabajando, vino y se casó en La Colorada, para arreglarle los papeles a mi nuera y a la niña. Él iba y venía al otro lado, quería hacer su porvenir para su princesa, porque él puro princesa, la niña su princesa”, destacó.

A pesar de que falleció a corta edad, le dejó una casa a su familia. Murió de manera violenta a unos días de regresar a su trabajo en los Estados Unidos.

Melisa López Ávila, de 42 años de edad, fue otras de las visitantes que acudió al Panteón Norte. Con cariño recordó a su padre Francisco Juan López Beltrán, quien fue un topógrafo de carreteras.

Explicó que su progenitor hacía viajes de 20 días por cuestiones de trabajo, pero a diario se comunicaba para mantener a la familia unida.

Siempre viendo por sus hijos, por su familia, muy trabajador, hasta el último momento de su vida, fue una muerte inesperada la de él, fue de repente un gran abuelo y bisabuelo”, contó.

Aunque se les adelantó al enfermarse de cáncer, confía en que está en uno de sus viajes, con los trazos de calles en el cielo y que en algún momento se lo volverá a encontrar.