Miles de peregrinos muestran devoción por San Francisco en Sonora
Llegan hasta su capilla en la Iglesia de Santa María de Magdalena, para agradecerle favores o pagar mandas.
MAGDALENA DE KINO, Sonora.- Para demostrar su fe a San Francisco, ayer, miles de personas, tanto sonorenses como de otros lugares del País, incluyendo de Arizona, California y Texas, se abocaron a una pletórica Plaza Monumental de Magdalena de Kino, a un lado del templo de Santa María de Magdalena, santa patrona del pueblo.
El objetivo fue ingresar a la capilla para reivindicar su devoción y agradecerle favores recibidos, ya sea de salud propia o en favor de algún familiar en desgracia, cuestiones de trabajo o materiales.
Muchos, por no decir la gran mayoría de los entrevistados, confiaron que lo hacen simplemente por la fe heredada de sus antepasados y continúan con la tradición.
Tal es el caso de los cientos de integrantes de las etnias Tohono O’odham, Yaquis y Mayos, que año con año acuden a visitar, puntualmente, desde días antes, a San Francisco, en buen número de familias enteras.
Al igual, por las diferentes carreteras o caminos de acceso, procedentes de Nogales, Cananea, Santa Ana, Cucurpe y Tubutama, además de caminos vecinales de terracería, se hicieron presentes cientos de personas a pie, algunos a caballo o en vehículos y otros hasta rentaron autobuses, como el caso de los integrantes de las tribus del Sur de Sonora.
Para acceder a la capilla de San Francisco y levantar su cabeza -en señal de fe-, muchas personas arribaron en sillas de ruedas, apoyados en bastones, andaderas o acompañados por familiares; la fila para ingresar era larguísima, desde temprana hora.
Afuera del sagrado recinto, los grupos musicales, como los “takatakas”, mariachis, así como integrantes de las etnias Tohono O’odham, Yaquis y Mayos honraban con sus “Mañanitas”, cantos y danzas, a San Francisco, desde una noche anterior, como cada año.
PLAZA REPLETA
Los jardines de la Plaza Monumental lucían llenos de carpas, casitas de campaña o “tenderetes” al aire libre, desde días antes, pero el 3 de octubre (la víspera) se atiborró de gente hasta en los pasillos del lugar.
Los vendedores de cobijas conocidos como “merolicos”, así como de diferentes artesanías, gastronomías típicas regionales, puestos de juegos de azar, atracciones mecánicas, entre otros, se hicieron presentes con nutrida clientela, en varias cuadras a la redonda.
Durante un recorrido de Ímuris a Magdalena de Kino, por el antiguo Camino Real, cientos de peregrinos, provenientes Nogales y Cananea, mayormente, descansaron la víspera en el pueblo imurense para muy temprano continuar su viaje aprovechando para ponerse en contacto con la naturaleza circundante.
En el trayecto hacia Magdalena pasaron por las comunidades de La Mesa, San José, San Ignacio de Cabórica y El Tasícuri, donde algunas familias, como pago de mandas, apoyaron a los peregrinos con alimentos diversos.
Les ofrecieron desde menudo, tortas, burritos, sándwiches, frutas, ceviche y golosinas, además de analgésicos para malestares propios del cansancio y ampollas de los pies. También agua, refrescos y bebidas energizantes.
De vez en vez hacían pausa y se detenían para descansar momentáneamente para agradecer a cada uno de “los Franciscos” (imágenes de cemento o madera) ubicados a lo largo de esa ruta, por la orilla del camino, hasta llegar a Magdalena, mientras que otros aprovechaban para revisarse las ampollas o cambiarse de calcetines o tenis; el calor era intenso.
PAGAN MANDA POR HIJA
Geovanny Velázquez, junto a su familia, arribó de Puerto Peñasco, desde mediodía del pasado 3 de octubre y se apostó a la orilla de un vado del río, tramo La Mesa de Ímuris-San José, para apoyar, como manda, a los peregrinos que también acuden a pagar manda por favores recibidos, de San Francisco.
Se tuvieron que turnar toda la tarde, noche y madrugada (esposa, hija y yerno) porque era incesante el paso de peregrinos que es la ruta tradicional para las personas que provienen del Norte de la entidad, dijo.
Aunque ya había asistido otros años a Magdalena, para visitar a San Francisco, por ser devoto del mismo, es la primera vez que realiza esta acción de ayuda a los demás peregrinos y desconocía ese lugar donde llegaron, “pero ahí nos nació ponernos”, dijo “y gracias a Dios estamos atendiendo a muchas personas”.
Sobre el motivo que lo impulsó a él y su familia a realizar esta acción, reveló que fue para cumplir una manda ya que su hija que está en el Army (Ejército), en Estados Unidos, tuvo un fuerte contratiempo en cumplimiento de su labor.
“A ella, junto a otros compañeros soldados, después de una fuerte tormenta, en Carolina del Sur, estaban en calidad de desaparecidos y no los encontraban. Pasamos más de dos días sin saber de ellos y estábamos muy desesperados.
“Carolina del Sur está muy lejos para ir. Entonces le prometimos a Dios y San Francisco, con mucha fe, que nos hiciera el favor de saber de ella y sus compañeros, que nos la regresara con bien. Eso fue en los primeros de agosto de este año y nos hizo el milagro”, confió.
Primero, pensaban en peregrinar, pero luego, al saber que podían -en familia- brindar este tipo de apoyo, optaron por hacerlo juntos y conocer más acerca de la devoción que se le profesa a San Francisco, para después caminar, agregó.
64 AÑOS ININTERRUMPIDOS
Tras hacer una “coperacha” para rentar un camión de pasajeros,
Gracias a Dios y San Francisquito, desde que tenía 6 años mis padres me traían y después que ellos fallecieron yo seguí con la tradición de ellos porque me ha dado mucha salud y por eso no le fallo, ojalá que todos mis hijos la sigan”, comentó.
Elva Julia Mendívil Amparano, hermosillense, 70 años, como cada año, Elva Julia Mendívil Amparano, de 70 años de edad, residente de Hermosillo, en la colonia Olivares, junto a sus 6 hijos y varios nietos, llegaron la víspera del festejo de San Francisco y pasaron la noche en el último espacio que estaba libre en los jardines de la plaza.
“Nosotros llegamos, bajamos del camión todas las cosas y mientras apartaba este lugar los demás acarreaban todo y luego, luego, hicimos nuestro tenderete”, dijo con animosidad Elva Julia, quien reveló que tiene 64 años, sin faltar para visitar a San Francisco.
“Gracias a Dios y San Francisquito, desde que tenía 6 años mis padres me traían y después que ellos fallecieron yo seguí con la tradición de ellos porque me ha dado mucha salud y por eso no le fallo, ojalá que todos mis hijos la sigan”, comentó.
Se le preguntó que, si aparte de esa tradición inculcada por sus padres, había otra razón para hacerlo y manifestó que efectivamente, su fe en San Francisco se acentuó cuando uno de los hijos se le enfermó y que ya no iba a poder caminar.
UNA CELEBRACIÓN
- En Magdalena de Kino, se celebra cada año, por tradición, a San Francisco Javier el 4 octubre, día festivo dedicado en todo el mundo a San Francisco Asís. El día de San Francisco Javier es el 3 de diciembre.
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