Esperan pangueros de la costa caborquense con ansias la “chinchorreada” de camarón
Por lo pronto, se encuentran reparando los chinchorros y rehabilitando las pangas para hacerse a la mar en unos días más
CABORCA.- Ya que la captura de jaiba disminuyó notablemente, porque tienen que dejarla descansar para que la población de este crustáceo cascarudo se recupere, los pangueros ribereños de la bahía San Jorge y campos aledaños de la costa caborquense esperan con buenas expectativas que la veda de camarón concluya.
Manuel Muñoz Espinoza manifestó que serán entre 40 y 50 pangas de dicho asentamiento (incluidas las de El Jagüey y El Desemboque) las que, poco después del 20 de este mes, se harán a la mar para pescar camarón de bahía, ya que la veda a mar abierto sigue hasta principios de octubre.
Especificó, quien es uno de los pescadores más veteranos de la comunidad costera del ejido Rodolfo Campodónico, que el año pasado la pesca de camarón en la bahía San Jorge fue muy buena, aunque estuvo “flojona” al comienzo de la temporada.
Pero ya para finales de octubre y la primera semana de noviembre estuvo muy buena, y eso nos alivió, con pura calidad ‘jumbo’. Ojalá este año comencemos con el pie derecho”, comentó, al presumir que el camarón que se produce al norte del Mar de Cortés se caracteriza por un sabor especial al paladar debido al grado de salinidad.
Observó que también las mujeres de dichas comunidades ribereñas se encuentran muy entusiasmadas ayudando a los pescadores a remendar sus chinchorros, ya que ellas trabajan en el descabezado de camarón y en otras tareas (incluso les cocinan y les dan café) a la orilla de las playas mientras esperan a las pangas con el “oro rosado”.
“Cuando eso pasa se vive un ambiente de fiesta con pangas entrando y saliendo. Se observa mucho movimiento y gritería, ya que los compradores esperan con sus básculas listas debajo de las carpas”, describió.
PESCA DE JAIBA
Sobre la temporada de pesca de jaiba, amplió que es muy poca la que todavía se sigue extrayendo, porque están cuidando ciertas áreas protegidas donde anidan con sus hueveras (estimando que producen hasta un millón y medio de huevecillos), llamadas zonas de refugio.
Dijo que en lo que va de la temporada se han pescado alrededor de 100 toneladas, similar al año anterior, lo que, de alguna forma, las primeras cuatro semanas ayudó a fortalecer la economía de los pescadores y pagar las deudas que adquieren durante las vedas.
De las casi 30 pangas jaiberas solamente andan como 15 y sólo sacan para el sustento básico porque mucho producto, por su tamaño o por ser hembras con colchón (hueveras), tienen que devolverlo al mar. En octubre-noviembre podremos pescar camarón y jaiba”, comentó.
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