Dejar hacer con libertad

“El papá es una parte de la ecuación y la mamá es la otra parte”, dijo, “mantenemos mucho respeto por cada uno, nadie se siente dueño de nadie y son responsables de su propia vida, desde muy chiquitos mis hijos se hicieron cargo de su propia vida”.

Su labor como padres, reiteró, fue estar al tanto de que no les pasaran cosas malas al mantenerlos en una especie de refugio seguro, pero cada uno se responsabilizó de sus tareas y es ésa una forma de vivir más tranquila, donde todos se dedican a lo suyo.

Cultura de trabajo

De su padre, declaró que se cotizó muy alto en el trabajo y el esfuerzo, pero no existía en su vocabulario la palabra creatividad, característica que le tocó agregar a él como legado empresarial.

“Era la persona que más trabajaba en el mundo, era nuestro ídolo, teníamos mucho más aprecio por las personas que trabajaban más y en ese sentido veíamos el éxito; así fue como empezamos con La Cubiella, que es una máquina expendedora de trabajo”, resaltó.

En lo personal, agregó, ser padre le ha dejado aprendizajes como la prudencia, la paciencia, la templanza y el respeto para cada individuo.

“Lo mejor es verlos hacerse cargo de su propia vida y lo más difícil es verlos sufrir, sobre todo cuando son cosas o cuestiones ajenas, como una enfermedad o una situación abrumadora”, destacó.

Enfrentar retos

En su historia como padre, mencionó, sus hijos lo han retado, pero también les ha aprendido un poco porque son personas ricas en conocimientos de la vida en general, a quienes ve como aventureros desafiantes de lo establecido al dejarlos crecer en libertad.

Javier Rivas apuntó que le gustaría ser recordado por sus hijos con alegría, solamente; que sonrían cuando venga a su pensamiento y que siempre tengan buen sentido del humor para cada una de sus actividades.

A los nuevos padres o a quienes están por serlo, les dijo que los hijos son su responsabilidad, pero no son de su propiedad, porque cada hijo es un individuo que merece ser tratado con respeto y debe ser impulsado y respaldado, no manipulado ni adoctrinado.

“De mis hijos aprendí prudencia, paciencia, templanza y a respetar mucho a cada individuo; lo mejor de ser padre es poder ver a los hijos hacerse cargo de su propia vida y lo más difícil de serlo es verlos sufrir, sobre todo cuando son cuestiones ajenas como una enfermedad o una situación abrumadora”

Javier Rivas de la Torre

Director de La Cubiella