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El Imparcial / Sonora / Bomberos de Hermosillo

Su mamá lo obligó a entrar al Departamento de Bomberos y en dos semanas se convirtió en otra persona: Ser bombero le cambió la vida

Guilibaldo Tapia Valenzuela, con 25 años de arriesgar su vida por los demás como integrante del Departamento de Bomberos de Hermosillo.

HERMOSILLO, SONORA.- Entró al Departamento de Bomberos de Hermosillo obligado por su mamá, cuando era un joven rebelde a quien le gustaban mucho las fiestas, pero su vida tomó sentido desde el primer día en la corporación, aseguró Guilibaldo Tapia Valenzuela, quien ahora es uno de los responsables de turno.

Guilibaldo, de 45 años de edad, relató que él ingresó a la academia con Bomberos porque su mamá lo obligó cuando tenía 20 años de edad, ya que se la llevaba de fiesta hasta la madrugada.

“Mi mamá fue la que me metió aquí a la academia, prácticamente a fuerza, aquí la gente me cobijó muy bien, el comandante en ese entonces también apoyó a mi madre, porque era un chamaco rebelde, en ese entonces”, dijo.

Guilibaldo Tapia Valenzuela
Foto: Eleazar Escobar

REFLEXIONA

Y lo que vio en las primeras dos semanas cambió su forma de ver la vida; jóvenes en accidentes vehiculares a medianoche, en los que algunos perdieron la vida y tras reflexionar, piensa que pudo haber sido él. También observó a los elementos de Bomberos que se ponen en riesgo para controlar equipos que contienen combustibles y evitar fatalidades.

Desde entonces supo que él quería usar el traje de los apagafuegos. “Ya estando en la academia desde el primer día”, dijo, “a dos semanas yo ya era otra persona diferente a cuando entré, me gustó mucho ver trabajar a compañeros que fueron comandantes y que en aquel entonces eran bomberos”.

Cuando ingresó al Departamento de Bomberos había sólo una estación en funcionamiento en Hermosillo, los uniformes eran donados y pocas bomberas, recordó, ahora las cosas han cambiado para bien.

Estamos esparcidos en varios puntos porque ya tenemos aquí cuatro estaciones, cinco y seis con lo que es Costa y Kino y pues estamos más reforzados. Antes para ir al Norte de la ciudad eran 20 minutos o 30 dependiendo del tráfico”, recordó.

Ahora los tiempos de respuesta a las emergencias han mejorado de 2 a 5 minutos, aseguró.

AGRADECIDO

Su mamá partió hace cinco años, y Guilibaldo dijo que se fue feliz por el camino que él eligió. Es un hombre agradecido con su esposa y cuatro hijos porque le han tenido paciencia ante las largas ausencias que tiene por servir en los tiempos de más riesgo para la ciudad.

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