De inspiración vernácula
Para el arquitecto Eduardo Cadaval, la premisa del diseño de Casa Noah fue la idea de partirla en dos volúmenes para reducir su escala y poder agrandar el jardín.
“No quería que pareciera una casota, por lo tanto, si la fragmentaba en dos volúmenes, podía permitir que su impacto fuera menor, porque hay aire al principio, entre ellos, y al final”, señala el líder de CADAVAL ESTUDIO y autor de la obra.
“Luego el programa público, en el prisma que es mucho más chico, permite que el jardín sea mucho más grande, es una casa que se ve más chica de lo que es”.
Ubicada frente al campo de golf de Rancho Avándaro, en un terreno no muy ancho donde se van a construir casas a los lados, se diseñó como una vivienda que se cierra a los laterales para preservar la privacidad y se abre al frente, al campo del golf, y atrás, a la vista del valle.
Una particularidad es la síntesis, agrega el artífice, ya que muchas residencias se están haciendo con concreto, piedra y balcones; él apostó por un diseño más limpio y ordenado, aunque usa materiales similares a los de las construcciones aledañas.
Dividida en dos volúmenes, en el más pequeño se localizan los programas públicos: la sala -con doble altura-, el comedor, un estudio en mezzanine, así como una gran terraza cubierta que se proyecta como la extensión de la sala y el espacio de mayor actividad de la casa.
“Luego hay un pequeño puente de cristal y enseguida viene el programa privado, la intersección que los une es la cocina”, explica Cadaval.
Este cuerpo longitudinal alberga, además, bodega, estacionamiento y áreas de servicio.
Una terraza inesperada
La terraza exterior de Casa Noah es su mayor distintivo arquitectónico, concebida metafóricamente como un espacio exterior techado o una superficie interior abierta.
Esta área, conectada directamente con el jardín y la alberca, se ubica a un lado de la sala interior, de la cual se divide por un gran ventanal de vidrio.
“Es una sala de doble altura, con muros de piedra arriba y abajo está abierta. La ventana de la parte alta no tiene vidrio, la idea es que te sientas en el exterior, pero cubierto”, detalla Cadaval.
Tiene, además, una cubierta de vidrio con una pérgola de madera que baña los muros radialmente.
“Es un espacio bastante único de la casa, es exterior pero, al mismo tiempo, estás protegido de la lluvia y del calor, te sientes contenido por la arquitectura”, acota el artífice.
En cuanto a los materiales, se eligieron también con la idea de partir la escala de la casa, con dos franjas claras, un basamento de concreto, cemento pulido y, arriba, de piedra al exterior y madera al interior, lo que facilita la limpieza y crea un ambiente acogedor.
“Este panelado de madera sale al exterior con la idea de que sientas ese espacio de afuera como único; también, si abres las puertas correderas de vidrio la sala interior puede tener un área enorme que es la terraza, la sala, el comedor y el estudio arriba, como uno solo, con una gran chimenea”.
Abajo, el suelo es de cemento pulido, y en el piso superior, de madera; mientras que los revestimientos son de parota en la planta baja, y arriba, de pino.
“Intenta ser una casa que utiliza los materiales de la arquitectura vernácula, piedra, madera, teja, pero si la ves, es claramente contemporánea, porque su geometría es muy precisa, rigurosa”, concluye Cadaval.
“Lograr que no le saliera una ventanita, todo alineado, ahí hay muchas horas de trabajo para que quedara un proyecto sencillo, que no simple”.
En corto...
- La obra se construyó en 2023.
- Abarca un área de 400 metros cuadrados.
- El interiorismo quedó a cargo de Natali M. Sznajderman.
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