Don Mauro recuerda que fue de los primeros bomberos de Agua Prieta
Camina lento y apoyado por un bastón metálico recorre las calles vendiendo chile colorado en polvo. Nadie podría imaginar que ese hombre canoso de 82 años, de nombre Mauro Salinas Olivas, fue uno de los fundadores de Bomberos.
El aguapretense se convirtió en bombero por petición, pero encontró en ese oficio el honor y orgullo que le valió el respeto y aprecio de la gente que cada vez que lo ve se lo expresa, afirmó.
Don Mauro trabajaba junto a su hermano Rosendo en el rastro municipal en los años sesenta, cuando inesperadamente el entonces presidente municipal Eduardo Amavizca Santoscoy les pidió convertirse en bomberos, aunque la institución se fundó en 1957.
No tenían ningún conocimiento sobre esto, afirmó, así que fueron capacitados por personal de Nogales, Sonora, y sin pensarlo, de pronto don Mauro ya era un bombero de línea que entraba con manguera en mano a apagar los incendios.
"Ahí (con los primeros Bomberos) había mecánicos, electricistas, locutores, de todo, y la gente también cooperó para ayudarnos a pegar (a iniciar la construcción del primer cuartel), relató.
Mauro Salinas Olivas es uno de los tres bomberos que quedan de los inicios de esta institución que se ha dedicado a salvar a personas y bienes materiales del fuego.
Sin jubilación
Alrededor de 20 años don Mauro fue bombero voluntario, a la vez que trabajaba, aunque sin prestaciones de ley, lo que le impidió tener el derecho a jubilarse como cualquier trabajador.
"En el rastro empecé como pepenador, luego ya me subieron un sueldo que eran 90 pesos semanales, pues sí con eso nos alcanzaba muy bien para sostener a la familia", relató.
Tuvo siete hijos, de los cuales sólo le sobreviven cuatro, y ninguno se interesó en convertirse en bombero, mencionó sentado en una barda a pocas casas de donde viven sus familiares.
Don Mauro tiene nietos y bisnietos, es viudo y aún a sus 82 años encuentra las fuerzas que necesita para salir a vender chile colorado en polvo a las calles de esta ciudad.
Debido a que no logró jubilarse, el único sustento que le queda es el que obtiene mediante su trabajo de venta de chile, algunas veces sale a las calles, otros días los mismos clientes lo buscan, pero nunca deja de trabajar.
Y a pesar de que comenzó desde los 16 años como chofer, sigue buscando el sustento que necesita para sus necesidades como alimentación y vestido, porque la casa donde vive es propia.
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