Navojoa: Salvan vida de caballo y ahora ayuda a niños con capacidades especiales

NAVOJOA:A sus 5 años de edad, "El Pinto"estuvo apuntó de ser sacrificado para convertirlo en machaca, y ahora ayuda a niños con capacidades especiales, señaló Jesús Francisco Méndez Quiñones.

El equinoterapeuta del Centro de Desarrollo Integral para Niños con Capacidades Especiales dijo que el caballo llamado "El Pinto", por sus colores, es un animal noble, pero para el personal y los niños pacientes es un terapeuta más.

"Necesitábamos un caballo para las terapias y buscamos, nos dijeron dónde había y fuimos con un señor que hace machaca de caballo y le pedimos que no lo sacrificara que mejor nos lo vendiera", recordó, "le vimos aptitudes al caballo, joven, buen paso, bonito galope y con mucha energía".

Cuando el equino salió del corral se mostraba inquieto, relató, ya que a su alrededor estaban algunos restos de otros caballos que fueron sacrificados para el mismo fin.

"Ahorita ya tiene 6 años de edad, pero había llevado una vida dura, nunca había tenido herraduras, lo usaban para trabajos pesados, pero gracias a Dios cayó en nuestras manos y aquí ya es un ser completamente diferente, es un terapeuta", agregó.

Noble, amoroso con los niños y fiel, son las principales cualidades de "El Pinto", quien con la calidez de su cuerpo y de su ser da terapia a trecepequeños, señaló Mariana García Tellechea, equinoterapeuta y directora del Centro.

"Nos lo donó un padre de familia y vino a cambiarle la vida a los niños", añadió, "es un caballo muy noble y cariñoso con los niños".

Dijo que cuando "El Pinto" llegó a las instalaciones del Centro se mostraba desconfiado y buscaba rincones para estar solo, pero con el cariño de los trabajadores y pequeños, se integró a la familia.

"Es muy sensible, el siente el temperamento de quien lo monta, es muy perceptivo", resaltó, "a los niños les ayuda a ser más independientes y en su autoestima".

Hoy la mirada del caballo es diferente a cuando llegó al Centro de Desarrollo, aseveró, y gusta de correr por el patio y tener contacto con los niños, quienes con sus caricias le muestran un mundo diferente al que conoció.