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El Imparcial / Sonora / desamparo

Pareja de ancianos sufre desamparo

Bajo la resolana, sin agua para beber y con una sola silla de ruedas que comparten, cada día los esposos Dávila Pizano esperan la disponibilidad de dos lugares en el Asilo-Casa Hogar La Divina Providencia.

La pareja originaria de Huachinera, tiene más de dos años sobreviviendo con el apoyo que les dan los transeúntes o conductores que pasan por la calle 18, avenida 18.

Los esposos, padres de siete hijos, uno de los cuales ya falleció; no cuentan con una pensión y apenas están por beneficiarse con el programa 70 y Más, explicó Magdalena Pizano Miranda, de 74 años.

Mientras ella platica su situación, su esposo José Jerónimo Dávila, de 85 años y quien tiene ceguera, permanece con la cabeza agachada, sentado sobre una banqueta, a un costado de la silla de ruedas donde está su esposa.

"Ahorita tenemos Seguro por una hija que trabaja en la fábrica", comentó Pizano.

Ambos requieren de atención médica porque Magdalena tiene diabetes y es débil visual; mientras que su esposo tiene ceguera total e hipertensión, por lo que ninguno de los dos puede trabajar.

Magdalena relató que su esposo siempre trabajó en los ranchos, sin prestaciones, por lo que no recibe pensión y ambos dependen del dinero que les puede donar la población.

Es por ello que desean ingresar a un asilo para tener mejores cuidados.

Esta forma de sobrevivir se hace cada vez más difícil para la pareja, que vive con una hermana; por lo que desean irse al asilo, donde consideran que les espera una mejor vida.

"Una señora anda haciendo todo por llevarnos (al asilo), ya vino y me llevó el acta y me dijo que ya iba a ir y que nomás hubiera un cupo y ya nos iban a meter", mencionó Magdalena.

Para ella irse a vivir al asilo es la mejor opción, porque, comentó: "Batallo mucho, sufro mucho", mientras sostenía en su mano un vaso de corcho donde colocan los donativos que reciben cada día.

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