Yaquis, seres mitológicos y siguen de pie para contar su historia
Aquellos pies descalzos de hombres fuertes y altivos llegaron a orillas del río Yaqui, y desde ese instante cielo, valle, sierra y animales se convirtieron en su nido (toosa) por herencia divina.
Ellos fueron cazadores, médicos, astrónomos, sanadores, pescadores, pero sobre todo amantes y protectores de la naturaleza.
Es por eso que territorio y yaquis se funden en uno solo porque Dios les heredó esa tierra y tienen que defenderla, pues su compleja concepción del universo se compone del “mundo viejo” (toosa) y de “nuestro mundo” (itom ania), su pedazo de tierra y cielo, de acuerdo con los historiadores, según investigaciones de la doctora en Historia de El Colegio de Sonora (Colson), Ana Luz Ramírez Zavala.
Para ellos, el Sol es Dios Padre que ilumina y da vida a la raza; la Luna es la Virgen y las estrellas son los espíritus que vigilan desde el más allá. Su fuerza y sabiduría.
Según estudios etnohistóricos, núcleos Cahítas, procedentes del río Gila (es un caudal del Suroeste de EU que fluye al Oeste a través de Nuevo México y Arizona), de donde se cree provienen los yaquis y mayos, aparecieron en Sonora hace 717 años (1300 d.C.) y vivían en aldeas a orillas del afluente que lleva su nombre, contó el sociólogo Tonatiuh Castro Silva.
Una leyenda del “mundo viejo” profetizó la llegada de los españoles y jesuitas, que aseguraba la división del pueblo, entre quienes aceptarían el bautismo y los que no, estos últimos, dicen, seres que vagan y habitan en su territorio.
Cuentan que “en ese tiempo los surem (antiguos yaquis) le llamaban maglo al pueblo. Ellos vivían aquí debajo de la tierra, hacían hoyos y se metían a ellos; pero también hacían ramadas. En ese tiempo los surem comían animales, frutas, raíces y ramas.
“Un día supieron los surem que venían unos padres para bautizarlos; algunos no quisieron y fueron a esconderse al monte (a la sierra), debajo de la tierra y por eso se convirtieron en animales; dicen que el principal gobernador es la hormiga (macho), los otros son pájaros, conejos y demás animales.
“Los que fueron bautizados se quedaron en la tierra, esos somos nosotros los de ahora. Los surem todavía nos visitan cuando llega el temporal.
“La ropa que usaban se confeccionaba de venados y borregos y, con la piel hacían sus vestidos; los surem eran bajitos, tenían pelo largo y eran bien barbones; la gente que existe ahora desciende de los surem y son hermanos de los pimas”. (Yaqui- Kejiak), según investigaciones de la Unidad Regional de Culturas Populares.
Hace 484 años (1533) se dio el primer contacto entre españoles y los yaquis, quienes "pintaron la raya" a los europeos, relató Ramírez Zavala, investigadora.
Los españoles se retiraron y no intentaron de nuevo entrar a territorio, coincidieron los historiadores.
Hoy, hombres altos, delgados, de voz fuerte y mirada desconfiada, con un paliacate alrededor de su cuello, sombrero y de vestimenta sencilla, recorren tierra yaqui.
En tanto, mujeres vestidas con blusas y faldas de vivos colores tapan casi todo su rostro con el rebozo y dejan ver sólo sus ojos.
Su espíritu indomable les ha permitido tener esa capacidad de resistencia y resiliencia a lo largo del tiempo, subrayó la doctora en Historia, Raquel Padilla Ramos.
"A pesar de todo el sufrimiento de la guerra, muerte, exterminio, persecuciones y deportaciones, aquí están para contar su historia, y seguir siendo yaquis", expresó la también escritora.
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