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Enfrentamiento Yaqui moviliza a militares y policías

Enfrentamiento Yaqui moviliza a militares y policías

La Loma de Bácum asemejaba ayer un territorio en guerra. Los cascarones incinerados de alrededor de 13 automóviles en el área de la Comunila y el cuerpo de una persona fallecida, daban un aspecto bélico y generaban tensión.



Alrededor de las 12:00 horas, apenas al mediodía del viernes, un grupo de aproximadamente 100 personas de la comunidad de Loma de Guamúchil, pueblo de Cócorit, llegaron a la ramada de las autoridades de la Loma de Bácum.



Se acompañaron de unos 400 yaquis, provenientes de los ocho pueblos que conforman la etnia, quienes serían testigos del supuesto diálogo que se entablaría en aras de convencer a los de Bácum de que el gasoducto pase por sus tierras.



Y es que de los ocho pueblos yaquis, siete ya firmaron con la empresa que construye la obra que llevará el gas natural al Sur de Sonora, sólo falta Bácum, quienes se oponen al considerar que sería una invasión más a su territorio.



“Lo que ellos querían era convencer del gasoducto, el capitán de Loma de Guamúchil es lo que quiere, que acepten el gasoducto, la gente de aquí que quiere eso no es tanta, pero a los de Guamúchil ya les están dando dinero”, expresó María Juzacamea.



Las versiones de la refriega son encontradas. Los de Guamúchil señalan que ellos fueron recibidos de manera violenta, por lo que se armó la gresca que dejó al menos a seis personas heridas de gravedad.



Los habitantes de Bácum señalan que ellos fueron los agredidos, porque quienes llegaron supuestamente a dialogar de manera pacífica, querían imponer un gobernador que esté de acuerdo en aprobar el paso del gasoducto por su territorio.



“Desde antier se había acordado que íbamos a ir a la guardia tradicional a platicar, a dialogar, nosotros hemos llegado a ser hasta 800 personas de los siete pueblos que estamos de acuerdo y ellos son como unas 30 personas que contratan gente externa, malandrines pues”, manifestó César Cota Tórtola, capitán de la Loma de Guamúchil, perteneciente al Pueblo de Cócorit.



Las acusaciones son mutuas. Ni los unos ni los otros se adjudican a la persona fallecida y a los heridos, tampoco a los autos de habitantes de ambas comunidades que fueron incendiados.



Entre culpas, la violencia llegó. Al costado de un pilar de la ramada tradicional, quedó el cuerpo de Cruz Buitimea Piña, un habitante de la Loma de Bácum, que fue herido de muerte por una o varias balas, mientras su hijo, de siete años de edad, veía la escena.



Al tiempo que se escuchaban los disparos y los hombres trataban de proteger a las mujeres y los niños presentes en el lugar, el humo denso se comenzó a notar, trece automóviles comenzaron a arder hasta quedar en cascarón.



La situación se calmó luego de unos minutos y revivió cuando la persona que presuntamente disparó el arma y quien estaba a resguardo, salió corriendo rumbo al monte. Vino entonces una refriega a pedradas, machetazos y con palos.



El Ejército sólo observador



Al sitio arribaron elementos de todas las corporaciones, municipales de Cajeme y Bácum, Policía Estatal, Policía Federal y hasta el Ejército Mexicano quienes solo actuaron como observadores. Una unidad del Semefo llegó más tarde para retirar el cuerpo del fallecido.



En todo momento, los de Bácum acusaron tanto a la empresa constructora y al Gobierno del Estado, de entrometerse en una decisión de la tribu. Mientras que los de Guamúchil señalan a gente externa a la etnia de “calentarle la cabeza” a los yaquis de Bácum para que no acepten el paso de la obra.



El gobernador de Loma de Guamúchil, Juan Luis Mátuz González, señaló que el conflicto inició mientras buscaban el diálogo con autoridades tradicionales de Loma de Bácum, cuando estos iniciaron la agresión.



“Somos siete pueblos los que estamos para que avance el gasoducto por territorio de Loma de Bácum, pero como bien dicen ellos, es comunal el territorio yaqui y dando orden la autoridad de distintos pueblos, estamos autorizados a trabajar sin ninguna decisión, porque ellos no nos dieron el diálogo, pura violencia”, abundó.



Un helicóptero de la Policía Federal (PF) sobrevoló en el lugar de los hechos, mientras que las distintas autoridades buscaban un nuevo diálogo ante la negativa de los habitantes de la Loma de Guamúchil quienes exhiban todo el peso de la ley para los agresores.



Hasta anoche la situación en ambos pueblos era tensa. En Bácum la comunila estaba rodeada por patrullas de la Policía Estatal y Federal. Por su parte en la Loma de Guamúchil, esperaban al Ministerio Público federal, para levantar una denuncia de hechos.


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