Águila calva surca el cielo de Sonora
Las águilas calvas que habitan el Río Bavispe-Yaqui se alistan para emprender su vuelo y abandonar los nidos localizados desde 1978, en Sonora.
De acuerdo con los estudios de investigadores estadounidenses y mexicanos, en Sonora hay registros de unas doce especies de este tipo, las cuales se encuentran en peligro de extinción.
Los vuelos que realizan se dirigen a la costa del Pacífico de Norteamérica, donde generalmente permanecen hasta antes del invierno para alimentarse.
El águila calva es la de mayor longitud en el Estado de Sonora al alcanzar una talla de 75 a 108 centímetros y una extensión en sus alas de 210 a 240 centímetros.
Las hembras son más grandes que los machos y ambos en su edad adulta tienen la cabeza y cola blanca con el pico amarillo, en tanto los inmaduros presentan un plumaje de color oscuro.
Alrededor de los cinco años de edad, alcanzan la madurez sexual y el cortejo dura de uno a tres meses y la pareja se une de por vida, con capacidad de poner de uno a tres huevos cada año.
En Canadá se tiene estimada una población de cerca de 40 mil ejemplares, mientras que en Estados Unidos hay unos 5 mil y en Sonora no rebasa los 20.
Está presente
El titular de Laboratorio de Ecofisiología del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Juan Pablo Gallo Reynoso, informó que el águila calva de nombre científico "Haliaeetus leucocepahlus" es una especie que se distribuye principalmente en Norteamérica, sobretodo en áreassboreales.
Indicó que se tienen registros de su presencia en las inmediaciones de la Isla Magdalena, Baja California; entre Sonora y Baja California a la altura del delta del Río Colorado y en la Cuenca del Río Bavispe-Yaqui.
En la entidad, apuntó, se encontró el primer registro de anidación en 1978, lo que sugirió que podría haber más nidos a lo largo del Río Bavispe-Yaqui, por lo que en 1986, 1987, 1991, 1995 y en el 2001 se revisaron cuatro secciones del área.
"Se revisaron cuatro secciones de este río, dado que el Bavispe-Yaqui es un río con agua presente a lo largo del año y es lo suficientemente grande para albergar un buena cantidad de peces que le permitan vivir en la zona, ya sea de manera permanente o para pasar el invierno que es cuando anidan", puntualizó.
Las zonas en donde se encuentran los nidos, mencionó, son en el Río Bavispe, entre la presa El Novillo y Granados, en el área del Río Aros que es un importante afluente del Río Bavispe y en cuya unión nace el río Yaqui, y en el Río Yaqui, desde la presa el Novillo a la zona de Ónavas.
"En ese entonces se encontraron cuatro nidos activos, uno sobre el Río Aros, dos sobre el Río Bavispe y uno sobre el Río Yaqui, durante ese viaje se encontraron varios individuos de águila calva, en total fueron doce, de los cuales ocho en edad adulta y cuatro eran pollos observados en dos nidos", reveló.
Exploraciones
En otras prospecciones se habían observado nidos en la parte alta del Río Bavispe en un área cercana al límite con Chihuahua, algunos arroyos de la Sierra alta; y también de manera ocasional en la Presa del Oviáchic, en Las Guásimas y volando sobre el Golfo de California cerca de Guaymas, con rumbo hacia sus campos de alimentación en la costa del Pacífico de Norteamérica.
Expuso que los pollos nacidos en los nidos de Sonora marcados con anillos se han encontrado a lo largo del Río Yaqui cerca de Bacanora, en el Río Sahuaripa, y en el Estado de Oregon, Estados Unidos.
Las águilas calvas, dijo, solo se encuentran en lugares en donde hay acantilados para poder construir sus nidos, por lo general muy por arriba del suelo, porque el tamaño del diámetro es de 2.5 metros y de hasta 4 metros de altura.
Anidación
"La temporada de anidación se da desde la primera quincena de febrero y al final del mismo mes ponen los huevos, tienen un periodo de incubación que va de marzo a mayo y los jóvenes aguiluchos hacen sus primeros vuelos en junio y se van del nido entre junio y julio", externó.
De acuerdo con los estudios realizados, subrayó que el Río Bavispe-Yaqui les provee un hábitat de alta calidad y con presencia de una buena cantidad de peces de los que se alimentan y de otras especies que hay en la zona.
"La presencia de una estable y adecuada cantidad de alimento es uno de los factores más importantes junto con la presencia de acantilados altos para que las águilas calvas establezcan sus territorios de pesca y sus nidos", abundó.
El titular de Laboratorio de Ecofisiología del CIAD, destacó que los rastros de la alimentación recuperada en los nidos se compone de pedazos, huesos, espinas de peces.
Apuntó que los peces preferidos por estas águilas son de tamaño grande que miden de 34 a 38 centímetros de largo, pero también escogen de 23 a 27 centímetros de largo.
Por lo general, indicó, no persiguen presas muy evasivas o de gran tamaño, los peces que capturan pesan de uno a tres kilos, y éstos son el bagre de canal, carpas, matalotes, lobinas y tilapias, lo que en total representa el 77.1% de su alimento.
La dieta de aves, entre ellas, patos y cercetas que se encuentren invernando en las zonas de pesca, cormoranes, paloma de ala blanca y otras, añadió, componen el 20.4% de su alimentación, mientras que los mamíferos y carroña es el 2.5 %.
"Las águilas calvas tienen una vida larga, el promedio de vida es de alrededor de 20 años y se ha confirmado que pueden vivir hasta 38 años, pero hay registro de que una que vivió en cautiverio en Nueva York sobrevivió 50 años", puntualizó.
El águila calva al igual que el águila real, expresó, son aves sagradas y conectadas con el mundo espiritual de algunas culturas que antes ocupaban México y Norteamérica, las que se encuentran en su simbolismo.
Hoy día, resaltó, el águila real es un símbolo patrio en México, mientras que el águila calva lo es para los Estados Unidos.
Hace 26 años
A partir de 1990, el Centro Ecológico de Sonora, en coordinación con organizaciones internacionales llevó a cabo registros de nidos, anillados de pollos, toma de muestras y tipo de alimentación para emplear medidas de protección.
Posterior a eso elaboró un folleto donde se daban indicaciones de cómo proteger a la especie en peligro de extinción, entre ellas, denunciando el maltrato, cautiverio o su fallecimiento.
Además de recomendar no aproximarse a los nidos, ni a las aves, principalmente en la época de anidación, porque su población es considerada una de las más pequeñas en la entidad.
También hace mención que la mayoría de los aguiluchos muere antes de alcanzar la madurez, siendo las causas principales la cacería furtiva, depredadores, envenenamiento, choque con líneas de alto voltaje y el consumo de aguas contaminadas.
Según las autoridades de la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el águila calva es considerada en México una especie en peligro de extinción.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí