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Sierra del Tigre, manto de biodiversidad

El olor a encino y el murmullo del aire envuelve las rocas de la Sierra del Tigre, una parte del área natural protegida Ajos Bavispe.



El lugar es una parte de las Islas del Cielo del Archipiélago Madrense, como se le conoce, donde los pinos pueden alcanzar hasta 40 metros de altura.



Mario Cirett Galán, director de la Reserva Forestal Nacional de Flora y Fauna Silvestre Ajos Bavispe, explicó que la importancia de esta zona protegida radica principalmente en que es ahí donde se genera el 42% del agua del Estado y abastece las principales ciudades.



Además de su belleza, este sitio posee más de mil 257 especies de plantas silvestres, de las cuales ocho son únicas para Sonora y una gran cantidad de especies de fauna.



“Tenemos el mayor número de especies prioritarias en un solo sitio”, detalló, “hay otras áreas marinas que tienen tortugas, otras que tienen únicamente jaguar, otras que tienen tapir, zopilote real en las partes del País, que tienen guacamaya verde, pero tenemos nosotros aglomeradas muchas de estas especies”.



La Sierra del Tigre junto con la Sierra de Pilares de Teras forma la primera de cinco fracciones del área natural protegida denominada Ajos Bavispe que en total comprende 2 mil hectáreas y abarca 16 municipios de la entidad.



Expuso que lo que busca es conservar los recursos naturales de flora, fauna y agua; este lugar posee más de mil 257 especies de plantas silvestres y una gran cantidad de especies de fauna.



Dentro de la fauna silvestre que habita en la Sierra hay más de 17 especies prioritarias con alguna categoría de protección por la Norma Oficial Mexicana, destacó:



Jaguar, oso negro, águila real, águila calva, perrito de la pradera, castor, nutria, búho manchado mexicano y puerco espín, entre otras de reptiles y anfibios que tienen alguna categoría de protección.



Dijo que lo que hace a esta región única y por lo que fue considerada como área protegida es que está en una zona de transición y entre una zona neártica una neotropical, por lo que se tiene influencia del desierto y de la selva, lo que favorece la existencia de una gran diversidad de especies de flora y fauna con afinidades distintas.



“Desde la parte baja hay matorrales, continuamos subiendo y hay bosques de galería, tenemos bosque de encino, bosque de encino pino, bosques de pino”, comentó, “y toda la transición entre ese tipo de ecosistemas que son los que albergan a todas esas especies”.


Islas del Cielo



El término Islas del Cielo se manejó por primera vez en una reunión de investigadores de Tucson quienes establecieron que la parte Norte de la Sierra Madre era un archipiélago y le dieron el nombre Madrense.



“Son islas que no están a nivel del mar, están a nivel de Tierra y están aisladas unas de otras, en algunas de estas islas hay especies que no hay en la otra”, agregó, “todas estas Islas del Cielo se encuentran en la región Noreste de Sonora, Sureste de Arizona y Suroeste de Nuevo México”.



Los recursos que la naturaleza puso ahí y que se han conservado gracias al trabajo de las personas, tienen un valor especial y destacan a Sonora como un espacio único.

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