ESPECIAL: Sonora y Baja California, la puerta de escape
Sentado en una banca a unos pasos de la línea fronteriza en Nogales, Sonora, Gabriel Wilguens espera pacientemente ser llamado por autoridades migratorias de Estados Unidos para solicitar la amnistía y poder vivir en ese país.
Voltea y observa que del otro lado del cerco divisorio está ese país al que tanto ansía entrar, en el que espera conseguir un empleo y ganar lo suficiente para mandar dinero a sus padres que viven en Haití y a los que no ve desde hace cinco años.
Él es originario de Puerto Príncipe, la capital haitiana, la cual extraña mucho pues la describe como un lugar grande, bonito, con gente agradable y sobre todo donde están sus seres queridos.
Gabriel es un hombre alto, robusto, con voz gruesa pero con rostro muy amable que inspira ternura.
Platica que para llegar a México tuvo que recorrer 10 países, sorteando peligros como pasar por la noche entre la selva plagada de serpientes y otros animales, cruzar ríos y estar a punto de ahogarse, además ser asaltado por delincuentes que los despojaron de todo lo que traían.
“Una persona que venía con nosotros vio una cobra grande (en la selva colombiana), para entrar en Panamá es muy peligroso también, tienes que atravesar muchos ríos por la selva, llevan mucha agua.
¿SABES NADAR?
“No sé nadar”, comenta sonriendo nerviosamente al recordar ese angustioso momento, “y no sé cómo le hice porque el agua me llegaba hasta acá (mientras señala su mentón)”.
Como él, 15 mil migrantes de Haití y cientos de la región africana del Congo han estado llegando recientemente a Sonora y Baja California.
Después de permanecer en Brasil durante algunos años, trabajando principalmente en la construcción de estadios y edificios para la Olimpiada de Río de Janeiro (celebrada este año), el empleo se agotó y se han visto en la necesidad de hacer una segunda migración, ahora hacia el Norte.
Según datos de la delegación del Instituto Nacional de Migración han llegado entre septiembre y noviembre de este año 362 haitianos y congoleños.
Mientras que en Baja California el registro es de alrededor de 15 mil.
Estos migrantes al llegar a México obtienen un permiso temporal para transitar libremente por México mientras inician su proceso con miras a conseguir la amnistía y vivir en Estados Unidos.
El Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) en San Diego, California, ha informado que en el caso específico de haitianos suman 4 mil 844 los catalogados como inadmisibles en el periodo de octubre de 2015 y agosto de 2016.
El volumen de casos, al igual que la presencia de estas personas en la frontera de México, es muy difícil calcularlo, se explica en la CBP en relación a los haitianos.
Se trata de personas haitianas que llegan a los puertos legales de entrada, pero se determina que son inadmisibles a los Estados Unidos porque carecen del estatus legal y de los documentos apropiados, expuso.
¿POR QUÉ EMIGRAN?
La migración es un fenómeno global y en el caso de los haitianos, la principal causa por la que dejan su patria es para huir de la extrema pobreza que los agobia.
De acuerdo a reportes del Banco Mundial, Haití es la nación más pobre del continente americano y se encuentra en el sitio 25 de los países con más pobreza del orbe.
Haití tiene un Producto Interno Bruto per cápita de 846 dólares estadounidenses al año con importantes necesidades de servicios básicos.
Según la última Encuesta de Condiciones de Vida para el Hogar después del Terremoto (Ecvmas 2012 por sus siglas en francés), más de 6 millones de los 10.7 millones (59%) de haitianos viven bajo la línea nacional de pobreza con 2.42 dólares (50.94 pesos según tipo de cambio de 21.05) por día y más de 2.5 millones (24%) viven bajo la pobreza extrema con 1.23 dólares (25.89 pesos) por día.
La depreciación del gourde (moneda del país) y problemas relacionados con el medio ambiente se han traducido en aumento de los precios y la inflación anual sigue siendo alta, en 12.9%.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) el 51% de la población haitiana vive crónicamente desnutrida y la esperanza de vida es de 62.7 años, 21 años menos que los habitantes de Japón, país que tiene el índice más alto.
LA TRAVESÍA, UN DESAFÍO
Si para los mexicanos y centroamericanos el cruzar el desierto y adentrarse al territorio estadounidense representa un desafío, para los haitianos el reto es mucho mayor, pues deben cruzar hasta 10 países para llegar a la frontera estadounidense.
Para Gabriel, como el resto de sus compañeros, el conseguir la amnistía representa una oportunidad dorada, una puerta a un mundo mejor para él y su familia.
De un hablar pausado, la voz de Gabriel se quiebra al mencionar a su familia a la cual no ve desde hace años.
“Sí (los extraño), pero allá en mi ciudad nada funciona bien, nada”, comenta como si se sintiera culpable por haber salido de Haití.
“Mi país está pasando por un momento muy difícil, necesita de la ayuda de todos, pasó lo del terremoto y se puso muy difícil, luego el mes pasado el huracán (‘Matthew’), dejó mucho desastre, es necesario que el mundo entero conozca la situación”.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí