Aridel asegura que sintió una energía extraña en la tienda Waldo’s de Hermosillo, a la que acudió minutos antes del incendio

HERMOSILLO, Sonora.- Como un ambiente tenso, triste, casi lúgubre, fue como describió Aridel Lechuga Gutiérrez los momentos antes de que se registrara el incendio en la tienda Waldo’s del Centro de Hermosillo, en el que perdieron la vida 24 personas.

Aridel, quien es fisioterapeuta, imparte terapia holística y sobre predicciones, además de ser partera tradicional, cuyos conocimientos los ha reforzado en su convivencia con varias etnias.

Me suelen llamar ‘Mujer Medicina’ porque trabajo con plantas naturales y con terapias alternativas. Ayudo a personas, desde problemas físicos, también como problemas espirituales, emocionales, problemas de adicciones, cualquier tipo de problema y sí tengo un don, sí lo tengo.

“Soy partera tradicional”, dijo. “Traigo bebés de modo natural y pues tengo algunos dones por ahí que he descubierto con el tiempo y pues, desde pequeña, pero me han pasado situaciones en las que he estado presente, que no sé por qué estoy presente, pero que yo las presiento”.

Hermosillo

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Radicada en Nogales, Aridel visitó Hermosillo porque festejaría el Día de Muertos con amistades y al no contar con disfraz para el festejo, acudió ese día al Centro para hacer sus compras.

De hecho era muy raro, porque antes de salir de casa de mi amiga, yo le estaba diciendo eso: ‘Está pasando algo raro en el mundo, es una energía extraña’.

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AMBIENTE EXTRAÑO

La originaria de León, Guanajuato, recordó que ese sábado se sentía distraída y confundida, ya que presentía alguna situación, pero no sabía qué es lo que la acongojaba, hasta que ingresó a Waldos’s en compañía de su pareja y su estado de ánimo empeoró.

Entramos, había una fila larga, larga, él (su pareja) en vez de seguirme se puso en la fila y yo me fui por la pasta de dientes. Me metí rápido, pero iba también a buscar algo para ponerme en el cabello, y no sé por qué me empecé a sentir más mal y dije: ‘No, no, no me siento bien, me voy a ir”, agregó.

Aridel mencionó que tiene presentes a las personas con las que pudo interactuar y que horas después se enteró de que habían fallecido o se encontraban graves, como el subgerente de la tienda, el hombre de la tercera edad que estaba en la puerta, y la cajera que estudiaba en la Unison, quien la atendió.

Después de haber pagado, la cajera mencionó algo. Ella dijo al gerente que estaba atrás: ‘Oye, como que aquí se siente muy triste’. Ella decía: ‘Hay que poner música porque se siente muy triste’, ‘Se siente lúgubre”, acentuó.

Después de pagar, Aridel y su pareja se subieron al carro, estacionado casi frente a la tienda, y se marcharon del lugar, por la calle Doctor Noriega, hacia el Poniente.

Detalló que rodearon la calle y se dirigieron por la calle Juárez hacia el Norte, y fue cuando se percató de que se estaba incendiando un comercio.

Dimos la vuelta y luego, por la calle de donde sales al bulevar, de ahí alcancé a ver cuando explotó esa cosa. Empezó a salir mucho humo y unas llamas grandes y otra vez le dije: ‘Vamos a regresarnos que a ver qué pasó’, yo no sabía qué había pasado eso.

“Yo ya no me terminé de sentir bien, yo me sentía mal, mal, mal y nos paramos en el parque Madero y me bajé, y me acosté en el pasto, y ahí me tuve que poner a respirar y respirar, porque yo sentía algo que no sabía qué era”, apuntó.

Aridel explicó que quiso compartir su experiencia con las personas para que sepan que los tiempos de Dios son perfectos y que por más trágicas sean las situaciones, suceden por alguna razón.

Yo lo siento muy profundo, porque, por alguna razón, yo los pude mirar a los ojos y en específico a esas tres personas, que son la chica universitaria, el señor de la puerta y el gerente. Me siento afortunada de poder estar aquí presente”.