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Llega a Hermosillo la exposición “La química de la docencia”

Exposición “La Química de la Docencia” sobre Arturo Álvarez Ramírez, profesor en proceso de beatificación, llega a Hermosillo el 6 de octubre.

Llega a Hermosillo la exposición 	“La química de la docencia”

Hermosillo. — La exposición titulada “La química de la docencia”, dedicada a recordar la vida y el legado de Arturo Álvarez Ramírez, profesor de la Universidad de Guadalajara que se encuentra en proceso de beatificación, estará a partir del 6 de octubre en Liceo Thezia, en Hermosillo.

Cabe recordar que desde el 29 de septiembre y hasta mañana 3 de octubre, la exposición está en el Colegio Campogrande, también en la capital del Estado.

La presentación busca compartir el legado y los logros de Álvarez Ramírez a través de objetos personales, la recreación de laboratorios y aulas de su época y un conjunto de pinturas, fotografías, testimonios y documentos que demuestran su sencillez, profesionalismo y amor por la vida y por los demás.

La muestra se inauguró el pasado 10 de febrero y ha recorrido hasta ahora más de nueve ciudades y ha sido visitada por más de 10 mil personas de todas las edades.

“Es muy importante mostrar a los profesores, alumnos, padres de familia, trabajadores y a la población en general la vida de alguien que dio testimonio de cómo se puede llegar, incluso a los altares, haciendo de manera extraordinaria lo ordinario”, afirmó uno de los promotores de esta iniciativa.

Álvarez Ramírez, hijo de un albañil, nació el 5 de mayo de 1935 en Ciudad Guzmán, dónde creció y estudió hasta el año 1951. Fue en este año cuando se trasladó a la ciudad de Guadalajara, dónde pasaría el resto de su vida. En 1953 cursó sus estudios profesionales en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Guadalajara.

Especial.

En 1963, Arturo conoció al Opus Dei y fue agregado a partir de 1966. Tuvo la fortuna de conocer a Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, en la ciudad de Roma. También contó con la oportunidad de conocer al beato Álvaro de Portillo quien le enseñó que podía llevar a Dios por medio de su trabajo.

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“No tuve la gracia de conocerlo personalmente, pero hace doce años me llegó una biografía del ‘Inge’, y me conmovió. Me conmovió no porque hiciera cosas extraordinarias, sino que en una vida muy normal de profesor universitario [...] supo dejar la garra del espíritu cristiano”, dijo el vicario auxiliar del Opus Dei, monseñor Mariano Fazio, al visitar la expo cuando estuvo en la ciudad de Guadalajara.

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