“Ser abuela es el premio que nos entrega Dios”
María Emma Rosales Ruvalcaba realiza trabajo comunitario en el colectivo de Cucas y es abuelita de seis nietos

HERMOSILLO, Sonora.- En el Día del Abuelo, María Emma Rosales Ruvalcaba comparte dos caminos que se cruzan en su vida, el trabajo comunitario en el colectivo Colonias Unidas contra el Cáncer (Cucas) Hermosillo y su papel como abuela de seis nietos.
A cada uno busca dejarle un legado basado en el servicio, con la esperanza de que también encuentren formas de contribuir a su entorno. Para ella, ser abuela significa formar vínculos que trascienden con el tiempo.
“Ser abuela es el premio que nos entrega Dios por haber sido madres. Son un valioso regalo que nos toca chipilearlos. Es un amor muy diferente, mucho amor le tengo a mis nietos, pero es muy diferente al de los hijos”, declaró.
A veces los hijos se ponen un poquito celosos, pero tienen que comprender que con ellos a lo mejor fuimos más enérgicos porque eran mis hijos. Mi responsabilidad era formarlos, educarlos, de que cumplieran y tuvieran valores”.
Emma tiene 67 años. Es madre de tres hijos y abuela de seis. Su primera nieta nació hace 18 años, en un momento que no esperaba, pero que marcó el inicio de una relación que transformó su forma de ver la familia. A partir de ahí, el vínculo con sus nietos se convirtió en parte central de su vida.
“Todas las abuelas somos diferentes, pero tenemos algo en común, el amor hacia ellos. La primera nieta, Daniela, fue inesperada, pero llegó y fue mi chipilona”, dijo.
Mi casa es el muelle donde pueden acercarse todos los barcos. Ahí vienen mis nietos, soy una abuela que vive sola con sus matas, con sus 10 perros, con sus cuatro canarios y un perico y ellos vienen, están conmigo, vienen a comer, jugamos lotería y baraja”
A Daniela, Ximena, Emmanuel, Sebastián, Erik Eduardo y Eduardo Emmanuel, procura inculcarles el valor de la honestidad, nobleza, cuidar el medio ambiente y servir a la comunidad, como lo hizo con sus hijos Emmanuel, Erika y Eduardo.
“Quiero que recuerden siempre lo que hizo su abuela, que siempre fue tratar de servir en lo que pudiera a los demás. Siempre les digo “si traen papas, no me trajeron a mí, nos trajeron papas a todos”, señaló.
“Que recuerden que todo lo que hice, los proyectos, la vida que llevé. Siempre traté de servir a los demás, que les quede eso claro, que nacimos por algo. Todos nacemos con un propósito, que lo busquen y lo hagan. Al final de la vida es lo que nos va a hacer felices”.
Cuca Emma, como es conocida, es enfermera desde 1997 y contó que, siendo joven, presenció el caso de una mujer con cáncer; los gritos de dolor que escuchó en ese momento la llevaron a decidir que quería dedicarse a cuidar y acompañar.
Con el tiempo, presenciar el impacto del cáncer en otras familias la motivó a sumarse a la agrupación Cucas, donde aporta sus conocimientos brindando atención, talleres y acompañamiento.
Originaria de Jalisco, llegó a Hermosillo a los seis años. Labora en el Centro de Salud de la colonia Lomas de Madrid desde hace 28 años. Adora cuidar a sus nietos y dedica parte de su tiempo libre a actividades comunitarias.
COINCIDENCIA
Para Ema, el Día del Abuelo también está marcado por una coincidencia que une la memoria familiar con una fecha nacional.
Su madre murió hace 24 años, el mismo día que comenzó a conmemorarse este día en México. La noticia de la celebración llegó por la radio, horas después del fallecimiento.
Desde entonces, la fecha quedó asociada a una doble dimensión, la partida de su madre y la conmemoración del papel que desempeñan los abuelos, vínculo que ahora comparte con sus nietos.
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