Diamante Negro: Rudo por fuera, pero de noble corazón
Es taxista, piloto aviador y también luchador, de los rudos, pero detrás de la máscara se esconde alguien que gusta ayudar a los demás.

HERMOSILLO, Sonora.- Aunque en el ring proyecta una imagen de rudeza, Diamante Negro también se ha convertido en un héroe fuera del cuadrilátero. Al mezclar su carrera como luchador y como taxista, llevó de forma gratuita a niñas con cáncer a sus tratamientos médicos hasta su recuperación.
Detrás de la máscara de Diamante Negro no solo hay un luchador con más de 30 años de experiencia, sino también un hombre que, lejos del ring, se convierte en un héroe silencioso. Y es que en su labor como taxista no solo transportaba a pasajeras, sino también esperanza, cumpliendo una misión que realizó durante más de dos años… siempre enmascarado.
Su pasión por luchar en el ring nació desde que era niño. Admirar a los guerreros enmascarados y soñar con convertirse en uno fue el camino que lo guió, y fue en 1993, hace 32 años, cuando tomó por nombre Diamante Negro para continuar el legado de un amigo que se retiró de la lucha libre.
Viendo lo que es la fantasía de la lucha libre, de las máscaras, siempre de niño le va uno a los buenos, pero realmente pasa el tiempo y te das cuenta que no es así, que tú te ves mejor como el rudo, la máscara te permite hacer cosas que tú no harías sin ella”, expresó.

EL HÉROE
Diamante Negro también trabaja como taxista y piloto aviador, oficios que le han permitido conectar con la gente. Como taxista conoció a una madre suplente de una niña con cáncer, y desde entonces se comprometió a llevar a dos pequeñas de una casa hogar a sus terapias sin cobrarle.
En 2022 comenzó a trasladar a ambas niñas a sus tratamientos contra el cáncer, viendo cómo salían débiles, e incluso en ocasiones vomitaban los asientos por los efectos del tratamiento.
La rudeza y agresividad de Diamante Negro quedaban a un lado, pues el experimentado luchador recordó cómo pasó de sufrir junto con ellas durante su tratamiento a, hace un año, ver a ambas tocar la campana tras haber vencido al cáncer.
“Se siente feo porque al llevarlas a recibir ese tipo de tratamientos después salían muy mal las niñas, muchas veces vomitaron hasta el carro y tener que soportar porque sí duele, sí duele verlas.
“Pero se siente más satisfactorio cuando las ves que salen y tocan la campanita y las ves que ya no vomitan el carro, que superaron esa enfermedad. Muy feliz, no hay palabras para describirlo”, expresó.
Diamante Negro contó que las dos pequeñas que ayudó durante su tratamiento ahora tienen 13 y 10 años de edad, se encuentran felices y fuertes.
Afirmó que siempre estará para ellas y para quien lo necesite, siendo esta una vocación espontánea y sin esperar nada a cambio.
Ojalá no se necesite de nuevo, pero estoy siempre para lo que necesiten las niñas y también para cualquier otra persona”.
Desde hace más de cinco años el enmascarado, cada Día del Niño y en diciembre, suele recolectar juguetes que compra de su bolsillo para regalar momentos de alegría a niños en situación vulnerable.
“Las niñas que ayudé y cada vez que voy a regalar los juguetes, no saben quién soy como persona, solo conocen al Diamante Negro. Soy como un héroe anónimo. Me da mucha alegría, mucha alegría, compro y hago lo que se puede, siempre trato de llevar una alegría a los niños”, expresó.

LA MÁSCARA DE RUDO
Además de ser luchador profesional y taxista, el Diamante Negro también es piloto aviador, un legado que continúa junto a su padre, ambos dando lecciones de vuelo, especialmente en invierno.
Sí tengo un héroe y es mi mamá, que ya murió, pero fue una guerrera. Mi padre estuvo ausente en casa por su trabajo, volaba y volaba… y ella nos sacó adelante a cuatro hermanos y a mí”, recordó.
El luchador explicó que su máscara tiene un profundo significado personal, ya que incluye un águila entre sus ojos que simboliza su herencia familiar en la aviación.
Mi papá es el piloto más longevo de toda la República Mexicana, tiene 81 años de edad y acaba de cumplir 55 años volando y sigue volando. Mi máscara tiene un águila que representa a la aviación y el diamante que tengo en la frente y que mi máscara tiene blanco y negro es lo malo y lo bueno”, explicó.
La lucha libre, su carrera como piloto y taxista, no son negocio rentable, pero lo mantienen vivo y con ganas de continuar con su legado.
A sus 48 años , el Diamante Negro afirmó haber logrado equilibrar sus tres profesiones con la labor de ser padre de cuatro hijos y esposo, reconociendo los riesgos que implica ser taxista, luchador o aviador, pero siempre con el enfoque en proteger su integridad para poder seguir ayudando a los demás.
Espero que alguien quiera seguir mi legado y pasarle mi nombre de Diamante Negro cuando me retire. El retiro está cerca, pero no quiero dejar la lucha libre”, indicó.
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