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“Uno se acostumbra a todo, menos a no comer”: José, el vendedor invidente que recorre Hermosillo con sus escobas

Aunque perdió la vista, jamás se ha dado por vencido.

“Uno se acostumbra a todo, menos a no comer”: José, el vendedor invidente que recorre Hermosillo con sus escobas

HERMOSILLO, Sonora.- Con pasos lentos y con su bastón como guía, José Vera Tinoco recorre la colonia Olivares ofreciendo escobas y trapeadores casa por casa.

Tiene 69 años, es originario de Guaymas y desde 1994 ha hecho del comercio de utensilios de limpieza para el hogar su forma de vida.

“Desde el 94 ando chambeando”, cuenta mientras se come un hielito buscando refugio bajo la sombra de un árbol. Vive en la colonia El Chaparral y se traslada en camión hasta su zona de venta. Ya se sabe las rutas, los cruces y hasta las banquetas que representan un riesgo.

Por aquí por calle José Carmelo están buenas las banquetas, pero por la calle Michoacán y la calle Gutiérrez, están malas. Muy traicioneras”, menciona ya que ha tenido varios accidentes.

Vestido con gorra y camisa de manga larga, José enfrenta el calor de Hermosillo y busca un poco de protección del fuerte Sol. Lleva un termo que no pierde la oportunidad de rellenar con agua fresca cada vez que alguien le abre la puerta.

José Vera Tinoco, de 69 años, tiene discapacidad visual con pérdida total de la vista.
Todos los días recorre la colonia Olivares vendiendo escobas, trapeadores y recogedores, guiándose únicamente con su bastón.
Caminar por las calles representa un gran reto para él, pero sigue esforzándose por ganarse la vida con dignidad / Julio Clark

Prefiere el calor

Aún con las altas temperaturas, prefiere el clima caluroso por los días largos y soleados:

Me gusta más el calor. El frío me dificulta más las cosas… los ciegos batallamos más sin luz”, explica.

Según le dijeron los médicos, sus pupilas quedaron abiertas al máximo y ya no reaccionan. Pero él no se detiene. “Uno se tiene que acostumbrar. A todo se acostumbra uno, menos a no comer”, afirma.

José vende sus productos a precios accesibles, escobas de plástico, trapeadores y recogedores entre 55 y 60 pesos y otras de mejor calidad en 90. Reconoce que no siempre logra vender mucho, pero obtener entre 100 y 150 pesos al día significan mucho para él.

José Vera Tinoco, de 69 años, tiene discapacidad visual con pérdida total de la vista.
Todos los días recorre la colonia Olivares vendiendo escobas, trapeadores y recogedores, guiándose únicamente con su bastón.
Caminar por las calles representa un gran reto para él, pero sigue esforzándose por ganarse la vida con dignidad / Julio Clark

Alrededor de las tres de la tarde, cuando el Sol cae con más intensidad, José da por terminada su jornada.

El trayecto de vuelta no es simple, subir al camión con las escobas y trapeadores, buscar un asiento y soportar el calor es otro reto diario. “Ya me sé las rutas”, agrega,“pero no deja de ser difícil”.

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