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“Me levanto, me persigno y a darle”: la rutina de Jesús Bórquez desde hace 40 años en Hermosillo

Diario llega al mercado de abastos en Hermosillo para vender mazos de cilantro, cebolla, rábanos y acelgas, una rutina que aprendió desde niño en San Pedro “El Saucito”.

“Me levanto, me persigno y a darle”: la rutina de Jesús Bórquez desde hace 40 años en Hermosillo

HERMOSILLO, Sonora.- Desde las 3:30 de la mañana, Jesús Bórquez, de 67 años de edad, conduce desde San Pedro hasta el mercado de abastos Francisco I. Madero.

Ya en el lugar, comienza la venta de mazos de cilantro, cebolla, acelgas y rábanos, una rutina que ha mantenido las últimas cuatro décadas, pues no hay día en que no se levante temprano para llegar a tiempo.

Junto a sus cinco hermanos, Jesús recuerda andar entre las tierras armando mazos desde los cuatro años, una labor que aprendió gracias a sus padres.

En un principio, ellos mismos sembraban y preparaban todo, pero con el paso del tiempo, y especialmente por la falta de agua en la región, esa parte del trabajo se fue perdiendo.

Hoy en día se dedica más a seleccionar, acomodar y vender los mazos que llegan de otros productores, en la caja de su pick up de modelo antiguo,

Originario de San Pedro “El Saucito”, ha visto pasar generaciones de vendedores, socios, cargadores y comerciantes foráneos.

Aquí, bajo el tejabán, al fondo del mercado, estamos los foráneos, y hasta acá viene la gente”, dice con orgullo.

Sus principales clientes son taqueros, quienes buscan la calidad y el tamaño de sus mazos, aunque también atiende al público en general.

“A todos los que le compran, siempre les da el mazo bueno, por eso muchos lo buscan directamente, porque saben que él arma las mejores piezas”, dice Jesús García, su compañero en la central de abastos.

Cuando se le pregunta cómo ha logrado mantener el ritmo durante tantos años, Jesús Bórquez no duda en compartir su fórmula: “El secreto es encomendarse a Dios, nomás me levanto, me persigno, me vengo… y a darle”.

Jesús ubica su puesto al fondo del mercado, en la zona de los tejabanes, donde se colocan los vendedores foráneos, dentro de las instalaciones del mercado de abastos Francisco I. Madero, sobre el bulevar Solidaridad, en la colonia Libertad.

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