A Cira le cambió la vida tras cáncer, ahora “Me ven mucho mejor, con más ánimo, más ganas de vivir”
Cira López Gálvez es sobreviviente de cáncer de mama y miembro del programa de Entrenamiento Muscular.
HERMOSILLO, Sonora.- Cira López Gálvez es miembro del programa de Entrenamiento Muscular en Sobrevivientes de Cáncer de Mama desde hace dos años, cuando fue dada de alta de su tratamiento, oportunidad que le cambió la vida, pues ahora se siente con más fuerza, energía y ganas de vivir.
Tengo dos años en el programa, y he sentido que he mejorado en el ejercicio, he fortalecido mis músculos, sobre todo los brazos y piernas, y eso lo mantiene a uno mucho más activo en la vida cotidiana.
“Incluso mis hijos, mis amigos y amigas me ven mucho mejor, con más ánimo, más ganas de vivir, de disfrutar la vida, dan ganas de vivir, convivir, viajar, hacer todo con muchas más ganas”, contó.
Seis meses después de su último tratamiento, Cira, de 73 años de edad, acudió por primera vez al programa, aunque anteriormente había hecho deporte, nunca había sido constante, por lo que acostumbrarse fue todo un reto, comentó.
Se mantiene actividad todos los días, con entrenamiento muscular dos veces por semana y yoga el resto, lo que le ayuda a sentirse mejor físicamente, pero también mental y emocionalmente, porque esta actividad le ayuda a sacar frustraciones, miedos y angustias fuera de su vida.
Pasó como unos seis meses, más o menos, después de que me dieron de alta para venir; al principio, como uno no tiene la costumbre o el hábito de hacer ejercicio, nos cuesta trabajo, pero ya una vez que está programado es otra cosa.
“Vengo dos veces a la semana, lunes y jueves, y para mí es fabuloso, y creo que también para mis compañeras, porque somos más flexibles, más enérgicas, se nos nota cuando estamos aquí”, expuso.
EJERCICIO Y CONVIVENCIA
Un punto muy importante para Cira, durante esta experiencia, ha sido poder conocer otras mujeres que han pasado lo mismo que ella y entre todas apoyarse.
El diagnóstico de cáncer no es algo fácil, aceptó, pero la recuperación después del tratamiento tampoco, y tener una red de apoyo que las motive, es algo muy alentador.
Estar con otras personas que vivieron la misma situación, el mismo evento, nos hace ser un grupo de hermandad, como familia y nos vamos apoyando sicológicamente unas a otras.
“Compartir con otras personas que te entienden, eso nos cambia la vida y nos ayuda a hacer las cosas diferentes, porque no somos sobrevivientes solamente”, agregó, “seguimos siendo personas autosuficientes”.
López Gálvez invitó a mujeres sobrevivientes de la enfermedad a acercarse y conocer este programa, para, como ella, también den un giro positivo a sus vidas.
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