Irving es un ejemplo de perseverancia: pierde la mitad de su peso y gana una nueva vida
Hace dos años pesaba 140 kilos y hoy, con la mitad de ese peso, ha corrido cinco medios maratones y espera ir al de Boston
HERMOSILLO, Sonora.- Irving López Valdez logró bajar casi 70 kilos de 2022 a la fecha, pero fueron su disciplina, constancia y motivación de las personas que ama, la inspiración para comenzar en el mundo del running, y hoy está en espera de su primera clasificación para el Maratón de Boston.
Yo ya corrí un maratón, que la mayoría llevan un proceso largo para llegar a esas distancias, yo en menos de dos años ya corrí cinco medios maratones y un maratón, y en mi debut de los 42 kilómetros clasifiqué para tener una oportunidad en el Maratón de Boston.
“Eso es algo increíble porque ahí nomás clasificas por tiempo, no hay otra forma, por ejemplo, en la categoría de 35 a 39 te piden un tiempo de 3 horas 5 minutos, yo hice 3 horas cerradas, por eso aceptaron el registro, pero en septiembre hacen un segundo filtro y empiezan del menor tiempo para atrás, y si mil competidores hicieron menos de 2 horas 59, quedo fuera”, explicó emocionado.
Eso, relató, sólo lo motiva a seguir entrenando todos los días, pues desde el 2021, que tomó la decisión de operarse, hasta el día de hoy, rendirse nunca ha sido una opción, y su meta es seguir mejorando para él mismo.
Yo era una persona que pesaba 140 kilos, ahorita pesamos 71, 72 kilos, prácticamente me quité un Irving de encima, antes no practicaba deporte, sí jugaba béisbol, pero era más social que practicar un deporte como tal.
“En el 2022 decidí hacerme una cirugía bariátrica, fue una decisión meramente por salud, había intentado bajar de peso con dieta, con ejercicio, pero no era una persona disciplinada o constante, además de que tenía antecedentes de familiares con sobrepeso, hipertensión y diabetes”, contó.
CERCA DE LA MUERTE
En el 2021, cuando se enfermó de Covid-19, se sintió incluso cerca la muerte; ese mismo año, Irving sintió que debía cambiar sus hábitos de vida, y tomó la decisión de hacerse una cirugía bariátrica.
Un año después, en abril del 2022, se realizó la manga gástrica y motivado por su esposa empezó a ir a caminar a la milla de la Unison. Desde esa primera ocasión se enamoró del deporte.
“Como parte de la recuperación, al mes de la cirugía, el doctor me dijo, ‘puedes ir a caminar, a hacer un poco de ejercicio para ayudarle en el proceso’, y empezamos a ir a la milla yo, mi esposa y mi niña.
Recuerdo que el primer día veía que la gente me pasaba corriendo, gente adulta y de todo, y yo me dije, un día voy a correr yo también, aunque con miedo, negación, porque no estaba acostumbrado a hacer esto.
“Luego ya todas las tardes me esperaba mi niña y mi esposa para ir a la milla y a los tres meses, fue que empecé a trotar”, relató.
Al principio, como nunca antes había trotado, comenzó a correr intervalos de 200 metros, 500 metros, luego logró llegar al kilómetro e incluso completar la vuelta la milla.
Cuando te sometes a un proceso bariátrico llevas apoyo sicológico por todos los cambios que vas a tener en tu cuerpo, para aceptar tus cambios y cómo ir aprendiendo a alimentarte y cómo lograrlo sin sobre pasarte y mantenerte, sobre todo”.
POCO A POCO
Sin darse cuenta, dijo, el deporte comenzó a hacerse parte de su día a día, y en unos meses, se sorprendió a él mismo, al inscribirse en su primera carrera de 5 kilómetros.
Empecé a trotar, a hacer ejercicio y veía que aguantaba más, ya no le daba una vuelta, sino cinco, seis vueltas, ya aguantaba mis cinco o seis kilómetros trotando y en diciembre empecé a ver publicidad de una carrera, del Maratón de Hermosillo, y un cuñado me dice, ‘compadre si nos inscribimos a la carrera, te acompaño, yo me inscribo a 10 y tú a cinco’.
“Y me motivé, porque quería hacer una carrera, nunca había ido y sentía esa adrenalina, mis hermanas me vieron que andaba en eso y entonces me empezaron a apoyar también, ellas viven en Obregón y me dijeron, vamos a ir a acompañarte a la carrera y se inscribieron, al final corrimos mi esposa, mis hermanas, mis cuñados, un primo, éramos una bola”, recordó emocionado.
RED DE APOYO
Irving, mejor conocido por amigos y familiares como “El Chipi”, aseguró que en todo este proceso han sido sus seres queridos la mayor motivación para lograr salir adelante.
En todas las carreras, competencias o retos que se ha puesto siempre ha habido gente cercana alentándolo, dándole ánimos, apoyándolo y acompañándolo, y aunque no niega que ha habido también malos comentarios, siempre ha decidido mejor ver lo bueno, y acercarse a quienes, como él, desean ver lo positivo de este nuevo estilo de vida.
Agradezco bastante porque siempre he tenido el apoyo de mi familia, de mi esposa, mis hermanas, mi mamá, mis tíos, cuñados, suegros, toda la familia se ha integrado en este rollo.
“Hubo muchos amigos muy sólidos que se quedaron y hasta se emocionaban, me preguntaban en qué carrera me inscribí, me felicitaban por mis cambios alimenticios, cambios de hábito en el ejercicio, y hubo otros que decían, pareces que vas saliendo del anexo, te ves bien flaco, te vas a enfermar, ya no corras, pero yo jamás me tomé nada personal, siempre vi lo positivo y lo negativo lo dejé un lado”, aseguró.
CON MÁS ENERGÍA
Hoy en día, con 36 años, Irving dijo sentirse mucho más joven de lo que se sentía antes, con más energía y sobre todo más sano.
Reconoció que todo este trabajo no hubiese podido ser posible sin su esposa, sin la gente que lo apoyó, pero sobre todo sin disciplina, ya que, para él, entrenar se transformó en otra necesidad como comer y como dormir, es algo que lo hace sentir bien y cómodo con él mismo.
“Cambiar tus hábitos no es decisión fácil, pero en mi caso, en mi trabajo ya no rendía, llegaba sin ánimos a la casa, tengo una hija de 7 años, Lucía, y si llegaba y quería jugar conmigo, yo estaba cansado, mal humorado, me costaba realizar muchas actividades que ahorita se me hacen muy fácil, entonces esa fue mi principal motivación.
“Y desde que empecé a correr no he fallado un entrenamiento, nunca he dicho no me levanté, no tengo ganas, no existe eso para mí, si no entreno no me siento cómodo conmigo y a veces sí dices, no es mi día, no quiero entrenar, pero lo vas y lo intentas y cuando no te sientes de ánimos y aquí sacas el estrés”, expresó.
Es muy bonito ver que mi niña chiquita se enroló en esto, que le gusta correr, en la tarde viene, corre, conoce a gente del grupo, mi esposa ya corrió el medio maratón, mis hermanas corren en Obregón, tengo varios conocidos que no corrían y andan en el grupo también, es una cadena bien padre”, agregó.
GRAN ORGULLO
Irving confesó verse hoy mismo al espejo como un hombre orgulloso, no orgulloso de estar delgado, de correr 42 kilómetros, o de ser deportista, sino orgulloso de ser capaz de retarse a sí mismo y de vencerse en cada carrera, de haber salido de la zona de confort, de confiar en él, y de haber luchado por convertirse en un mejor esposo y padre para su hija.
Espera que con su historia más gente se sienta capaz de cambiar, y sepa que no hay triunfo sin lucha, ni medalla ganada sin la suficiente constancia y disciplina.
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