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El Imparcial / Hermosillo /

“Él está con Dios ya, descansa”, Gonzalo Polanco López recuerda a su hijo Julio de Jesús en el primer Día del Padre sin él

Este será el primer día del padre que no tenga la presencia física de su hijo Julio de Jesús, pero su recuerdo lo acompañará.

“Él está con Dios ya, descansa”, Gonzalo Polanco López recuerda a su hijo Julio de Jesús en el primer Día del Padre sin él

HERMOSILLO, SONORA.- “Se me fue mi hijo, mi niño, me quedé solo. ¿Qué le vamos a hacer?”, expresó Gonzalo Polanco López, de 58 años de edad, quien hace poco más de tres meses sufrió la pérdida de su hijo Julio de Jesús, a quien consideraba como su compañero de vida.

Este sera el primer Día del Padre que pase sin la presencia física de su hijo, pero su recuerdo está siempre presente, como si estuviera a su lado.

La vida de quien también se le conoce como “Chalito” no ha sido fácil, pues desde su nacimiento en un pueblito de Chiapas, quedó huérfano de madre y a los pocos años de padre.

A Gonzalo Polanco los hermosillenses lo conocen por el amor incondicional que desde siempre ha sentido por su hijo Julio de Jesús, con quien llegó en brazos a Hermosillo hace aproximadamente once años, en busca de otro de sus hijos.

Su esposa dejó el hogar familiar desde hace varios años y quedó al cuidado de Julio de Jesús, quien nació con parálisis cerebral, enfermedad que le impidió que se desarrollaran sus extremidades, lo que dificultaba aún más la situación, pero “Chalito” jamás dejó de luchar por su hijo hasta el día de su muerte.

Hace un año, cuando “Chalito” fue entrevistado por EL IMPARCIAL, se mostró feliz porque festejaría el Día del Padre al lado de su hijo Julio, y agradeció a Dios que estuviera con vida, a pesar de sus problemas de salud.

Yo me siento triste y contento, que él está con Dios, ya. Entonces, descansé yo y descansó él también. A mí me tocaba en la noche cambiarlo en la noche, hacerle su ‘bibida’ (biberón), su atolito, estaba pendiente. De eso ya descansé, pero usted sabe que esas cosas nunca se nos va a pasar”, dijo.

Aunque pasó momentos muy difíciles al lado de su hijo, como dormir debajo de un árbol cuando no tenían hogar, salir a vender dulces bajo los intensos rayos del Sol y desvelarse por días enteros cuando la salud de Julio de Jesús se complicaba, “Chalito” prefirió recordar la alegría que representaba su hijo en su vida.

“Le voy a decir que la canción que a él le gustaba era la de ‘La Mochila Azul’ y yo se la cantaba. Mijo, le decía yo, te voy a cantar tu canción, a veces se me viene: ‘La de la mochila azul…’ y le tocaba los ojitos… y ya con él me ponía a jugar y cantarle la canción”, recordó.

UN AMOR INCONDICIONAL.

La conexión que Gonzalo Polanco López tenía con su hijo era única, pues a pesar de que Julio Jesús tenía 34 años de edad, por su condición no podía hablar y se comunicaban entre sí por medio de señas.

“Chalito” ya sabía el momento en que su niño, como él lo recuerda, sabía lo que quería, lo que le dolía; si tenía frío o calor y confesó que su compañía, es lo que más extraña de él, ya que salían a diario a vender dulces por fuera de un supermercado, cerca de su casa, de la colonia Tierra Nueva.

La gente siempre me sigue apoyando, me trae ‘dulcitos’, chicles, para que yo siga vendiendo en mi changarrito y le pido al pueblo que me siga apoyando para comprar mis medicinas.

“Esta es la silla (de ruedas) de él, la hice mesita y todavía me acompaña”, señaló con la voz quebrantada al recordar a Julio de Jesús.

Gonzalo Polanco López, desde hace varios años tiene una hernia que se está tratando, pero no se la han operado por falta de recursos y le detectaron diabetes, situación que lo pone un poco triste por no tener la manera de solventar sus medicamentos.

Destacó que ha recibido ayuda de la ciudadanía desde que su hijo Julio vivía y es lo más bonito que recuerda y a pesar de que el año pasado pensaba que cuando él faltara su vida se terminaría, ahora se encuentra tranquilo y en paz, pues su retoño ya no sufre.

Por favor, madrecitas: No dejen a sus maridos con sus hijos, como me dejó la mía (...) Eso les doy como consejo, ni con criaturas enfermas. Gracias y feliz Día del Padre.

El año pasado, en el festejo (del Día del Padre) estaba todavía mi hijo, hoy ya no está, está en el Cielo, mi hijo y me encuentro contento, porque ¿Qué le vamos a hacer, amigo? De todos modos, se me fue mi hijo, me quedé solo”.

—  Gonzalo Polanco López, de 58 años de edad.

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