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Hermosillo: Nataly Rubí cría a su bebé en el Cereso y confía que recuperará la libertad junto a él

Cuando la detuvieron tenía 2 meses de embarazo y está a punto de vencer el tiempo en el que puede tener a su hijo a su lado.

HERMOSILLO, Sonora.- Matthew ha sido algo más que compañía para Nataly Rubí “N.”, quien está presa en el Cereso 1 de Hermosillo; es su motivación para continuar el proceso legal que inició justo cuando estaba embarazada de su pequeño, hace casi tres años. Ahora, en unos pocos meses tendrá que separarse de su bebé.

Ella está acusada de cometer delitos contra la salud y fue detenida cuando tenía dos meses de embarazo, en Altar, Sonora.

La madre de familia, de 31 años de edad, es originaria de la Ciudad de México, de joven emigró a los Estados Unidos donde contrajo matrimonio y fruto de esa unión tuvo cuatro hijos, los cuales actualmente tienen 16, 14, 11 y 9 años de edad.

Pero Nataly Rubí fue deportada y, en su intento por regresar con su familia, llegó a Altar, donde inició una nueva relación. Su segunda pareja rentó una casa a donde se fueron a vivir y resultó ser un lugar donde había narcóticos.

Durante el cateo que realizaron autoridades, quedó detenida, así como a su esposo, quien está recluido en el Centro Federal de Reinserción Social (Cefereso) número 11. Ella tenía en ese entonces dos meses de embarazo.

Cuando me detuvieron en ese momento te pasa todo por la mente, el ¿qué va a pasar?, la incertidumbre de solamente voy a llegar, voy a declarar y me van a soltar”, explica.

Al ser aprehendida, pensó en los cuatro hijos que tuvo producto de su primera unión y que actualmente radican con su padre en Estados Unidos como ciudadanos de ese País.

“Extraño estar con ellos, ya el tiempo no se va a recuperar”, menciona.

Una de las facilidades que tienen las internas en el Cereso 1 de Hermosillo es el acceso a las videollamadas para poder tener comunicación con sus hijos y eso le ha ayudado a mantener un lazo con ellos.

Ellos saben que su mamá está detenida y por ese motivo no ha podido estar con ellos, pero cuando se acabe el procedimiento que se debe de llevar o que dicten una sentencia, ellos ya van a tener una certeza de cuando regresa mamá a casa”, señala.

Desde su detención a la fecha han pasado tres años y aunque le ofrecieron llevar el procedimiento abreviado, con una condena de 22 años, ella se ha negado: Afirma que es inocente y quiere demostrar que ella desconocía lo que había en la casa que su pareja rentó.

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FALTA POCO PARA DESPEDIRSE

El pequeño Matthew tiene 2 años y medio y de acuerdo a las Ley sólo se le permite tenerlo hasta los 3 años de edad.

Uno tiene un aspecto de que las cárceles son malas, pero no es así, siempre se me atendió, se me checó, estuvieron sacándome citas, estuve bien atendida, bien tratada y se nos adelantó el parto, la jefa de turno me ayudó”, relata.

Aún recuerda que en el parto fue trasladada al Hospital de La Mujer donde tuvo al pequeño Matthew después regresó con su nueva compañía a prisión.

“Yo no sabía bien a ciencia cierta cuánto tiempo más iba a llevar el proceso, cuánto tiempo más iba a estar y yo tomé la decisión de que se quedara, que me acompañara, sé que no es fácil, pero tenemos una Ley que nos avala”, añade.

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PREPARAN A MATTHEW

En el cuarto donde está recluida están cinco mamás que tienen cuatro niños y a una niña, además hay tres reclusas que están embarazadas. En el caso de ella, en el Cereso 1 la apoyaron con pañales y leche, pues no cuenta con familiares en la entidad, ya que sus parientes viven en la Ciudad de México.

En el Centro de Reinserción los niños tienen clases de estimulación temprana con docentes y salen de prisión en compañía de otros familiares, en el caso de Matthew es con su abuela paterna, para que el momento en el que deba de separarse de su mamá no sea tan doloroso.

Vino su abuela de allá de Caborca, vino por él y es convivencia familiar que les dan y ellos pueden salir de aquí cuando uno lo desee”, dice.

El hecho de que está en un reclusorio no le impide educar a su pequeño, señala, pues trata de enseñarle buenos modales y dirigirse desde corta edad con un vocabulario respetuoso.

Aunque el niño le ha dado alegrías y le ha ayudado por momentos a olvidar que está en una cárcel, en unos meses, cuando el niño cuando tenga tres años por Ley se le retirará para que viva con algún familiar.

“En mi caso ya me estoy haciendo a la idea, tenemos también la sicóloga que ella tiene un programa para prepararte, sicológicamente tanto a uno como al niño, para cuando salga el niño, el desapego no sea de golpe, y que no afecte al niño y a la mamá”.

“Es alguien que estuvo contigo desde que llegaste y en cualquier momento se tiene que ir”, acepta.

Dentro del cuarto donde viven las reclusas que son mamás junto con sus hijos, no sólo son compañeras, son como hermanos, las otras mujeres son sus tías, son una familia, expone.

Se convive y se apegan los niños, entre ellos se apegan, hay más niños, conviven, se les enseña, en el área donde nosotros estamos es un cuarto normal, está adecuado para que ellos vivan una vida normal, una vida apropiada”, asegura.

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SOBRE SU CASO

Nataly Rubí asegura que desconocía lo que se ocultaba en el cuarto que rentaban y pide a las autoridades que sean justas porque el tiempo que ha perdido al lado de sus seres queridos no se lo van a poder regresar.

Comenta que hasta el momento no ha recibido ayuda de alguna organización civil o de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Le ofrecieron un procedimiento abreviado, pero ella no lo aceptó.

Hay un ofrecimiento de 22 años, el mínimo, es mucho tiempo”, señala, “creo que el único error que cometimos fue irnos a vivir a un lugar que el papá, él rentaba y a los dos meses nos trajeron para acá”.

“Creo yo que cuando uno sabe que tiene culpabilidad uno tiene que aceptar su responsabilidad, pero cuando no es así ese tiempo está perdido”, expresa.

Tiene la esperanza de que su caso, que está en proceso, dé un revés favorable hacia ella, que el juicio sea correcto y pueda salir junto con su pequeño Matthew, al cumplir los 3 años de edad.

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