Cultiva en su patio para él y sus vecinos
El pasatiempo favorito de Roberto Castro Minjares, de 91 años de edad, es cosechar en su jardín desde tomate cherry hasta chiltepín y cilantro.
Don Roberto tiene 40 años con su huerto del que se beneficia no sólo su familia, sino hasta sus vecinos.
"Toda la vida he estado sembrando, pero sí trabajé un tiempo aquí en Hermosillo en la Secretaría de Comunicación y Transporte; todo esto que hay se lo regalamos a los vecinos y nosotros también lo usamos para cocinar", contó.
En agosto del año pasado comenzó a cultivar tomates cherry, por lo tanto tiene ocho matas sembradas en su patio donde su hija Silvia Castro Alcántar, de 62 años, le ayuda a que se mantengan en buen estado.
"Desayuna, come y cena con sus tomates, le hago una crema de tomate también, así como sopa; le gusta mucho", mencionó.
SIEMPRE ACTIVO
Únicamente en temporada invernal es cuando se puede cosechar, pues en verano es casi imposible hacerlo porque el calor quema las plantas, pero aun así don Roberto se ocupa de su jardín con otras actividades.
"Cuando es tiempo de calor muelo la hoja y se abona en la tierra, junto toda la hoja que cae, la echo a los baldes, la muelo y hago abono porque toda hoja es abono orgánico; se pudre y cuando llega la temporada de siembra está preparada", relató.
Hace 20 años se le ocurrió reutilizar el agua de la lavadora para que no fuera desperdiciada, por lo que unió distintos tubos del aparato.
"En botes separados de leche de dos litros las voy poniendo las plantas y cuando están grandes las comienzo a trasplantar, también les puse cercos porque si lo dejas en el suelo se pierde la mata, se pudre por la humedad", detalló.
DE TODO UN POCO
Higos, limones, guayabas, peras, toronjas, mandarinas y otros, es con lo que don Roberto inició cosechando en su huerto, también tenía una pequeña granja donde ya no tenían que ir por huevos para desayunar porque tenían sus propias gallinas.
En Esperanza, Sonora, su lugar de origen, su papá se dedicaba al campo, por lo tanto tuvo un maestro muy cercano.
CUMPLE SU SUEÑO
Sergio Ramírez, quien es sobrino de don Roberto, comentó que su tío siempre tuvo la ilusión de la cosecha, pues cuando compró una casa en Hermosillo con un terreno de 500 metros de inmediato hizo su huerto.
"El sueño de su vida es hacer de su casa una huerta familiar y aquí todavía a la fecha lo tiene. Él sembraba pera, cebolla, guayaba, de todo; era autosuficiente, era un sueño de vida", contó.
Y si el día de mañana don Roberto decide no cultivar, la semilla de su ejemplo sí que rindió frutos porque su familia está decidida a seguir su enseñanza.
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