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El Imparcial / Hermosillo / parapente

FOTOS: Alberto disfruta la emoción de surcar los cielos en un parapente

La primera vez que Alberto Sánchez voló en un parapente, recuerda, le temblaron las piernas al despegar, pues de los nervios que sentía corrió demasiado rápido, algo que no debió haber hecho.



Para colmo fue regañado por su maestro ya que su vuelo fue muy corto, pero en fin, era la primara ocasión que lo hacía.





Esta primera experiencia fue en un lugar conocido como la “Nogalera” cerca de Monterrey, Nuevo León, donde aterrizó de emergencia porque dos burbujas de aire le tomaron por sorpresa y no podía descender; desde entonces sabe que cada vuelo está lleno de sorpresas y emociones.



Para poder elevar un parapente y mantenerlo en el aire por espacio de varias horas, señala Sánchez Aguilera, es muy importante la calidad de las corrientes del aire y una velocidad del viento que pueda oscilar entre 15 y 30 kilómetros por hora.





Para el joven de 26 años, el volar en este artefacto es una forma de sentir adrenalina pura y apreciar paisajes impresionantes, actividad que es parecida al paracaidismo, pero que permite estar varias horas planeando en el cielo.



El originario de Coahuila, y quien trabaja para una empresa que da mantenimiento a paneles solares industriales, aprovechó su estancia en esta ciudad para practicar este deporte extremo.





El parapente está hecho de textiles y líneas que se parecen mucho a un paracaídas, su peso es de 18 kilogramos incluyendo arnés, casco, radios, entre otros.



Pero a diferencia de un paracaídas, este artefacto se puede elevar y mantener en el aire por un espacio de varias horas y distancias.



Para practicar este deporte extremo se necesita un parapente homologado que llega a costar alrededor de 100 mil pesos y sobre todo un buen curso de vuelo, añadió.



Durante tres días Sánchez estuvo subiendo por las tardes al cerro conocido como “La Cementera”, al Oriente de Hermosillo, en un vehículo 4x4 y finalmente la calidad de los vientos fue favorable para volar.



“El simple hecho de poder volar es para cualquier ser humano un sueño y muchas personas no se dan cuenta que ya existe la tecnología y las herramientas necesarias para poder realizarlo, cuando lo fui descubriendo poco a poco, pues me fui enamorando cada vez mas de la sensación de estar allá arriba, suspendido, sintiendo el viento.



“Entre más tiempo paso en el aire me siento mejor, simplemente el hecho de estar arriba surfeando el viento es una sensación muy grata que todos deberían de experimentar aunque a veces hay accidentes como el que me pasó”, manifestó.



En una ocasión, recordó, aterrizó sentado y, casi se desmaya, pues empezó a ver oscuro por el impacto, pero afortunadamente no pasó de ahí.





Con tres años de experiencia, Alberto Sánchez ha tomado parte en competencias internacionales como en el “Monarca Open 2019” y hace unas semanas estuvo en Monterrey, Nuevo León, donde logró el cuarto lugar de un total de 150 participantes.



Explicó que en el País los mejores lugares para practicar esta actividad son el Estado de México, Nuevo León, Veracruz, Chiapas y Oaxaca por sus altas montañas y la calidad de las corrientes de aire, especialmente Valle de Bravo, lugar considerado ideal en Norteamérica.



Sobre Hermosillo, indicó, no es una ciudad para volar con este tipo de artefactos, pero quizás explorando se pueda encontrar cerros en los que se pueda gozar de esta experiencia la cual recomienda.

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