El doctor Zuren Matutes, de origen cubano, hizo de Sonora su casa
En su estante en el consultorio hay figuras de palo fierro, pelotas de beisbol, souvenirs y objetos alusivos a la Medicina, su profesión. En el centro, entre las fotografías familiares, está una pequeña bandera de México.
"Es como un símbolo de agradecimiento a la tierra que me cobijó, el lugar donde yo vine a cumplir mis sueños. Al final y al cabo es mi patria ahora; soy mexicano por naturalización, pero mexicano al fin y al cabo, igual es mi país", dice Zuren Matutes Fabelo.
DESDE CUBA
Hace 20 años que vive en México. Llegó desde La Habana, Cuba, el 20 de julio de 1998, con un permiso de salida como turista, pero sabía que ese viaje era para no volver. Al menos, no durante un buen tiempo.
En su ciudad natal estudió Medicina y se especializó en Neurocirugía. Hasta la fecha no ha olvidado los paisajes y las bellezas naturales de su país, pero por lo complicada que era la vida y las pocas oportunidades de desarrollo que tenía lo motivaron a salir.
"Es una población muy hospitalaria, muy receptiva a la fiesta, una población instruida, pero con un sistema que no ha explotado las posibilidades de los cubanos. Los cubanos están detenidos en su desarrollo profesional", asegura.
DEJA SU PAÍS
Cuando Zuren Matutes tenía 28 años y había concluido su especialidad, tomó la decisión de dejar el país. Y como su papá ya vivía en México como parte de un convenio entre ambas naciones, siempre fue su primera opción para migrar.
Viajó primero a Chihuahua, donde residía su papá, pero debido a la falta de espacios en ese tiempo en la Medicina, probó suerte en Mazatlán. Finalmente surgió una oportunidad en el hospital Ignacio Chávez, de Hermosillo, a donde se mudó en el año 2000.
"Realmente la ciudad me ha ofrecido las oportunidades que yo andaba buscando para desarrollarme profesionalmente y como persona", señala el doctor.
CONOCE A SU ESPOSA EN HERMOSILLO
Y es que a la par de haber crecido como médico, también en Hermosillo conoció a la que ahora es su esposa, Patricia Cerecer, y con quien tuvo a sus cuatro hijos: Mariana, Zuren, Diana y Jania.
En paralelo a su nueva vida en México, también debió enfrentar las consecuencias de no haber regresado a Cuba cuando venció su permiso: El Gobierno impidió a su mamá la salida al extranjero, como medida de represión.
"Mi mamá es estomatóloga, dentista, y tuve que esperar a que ella se retirara, al cabo de cinco años, para que el gobierno cubano le diera permiso para salir. Estuve cinco años sin verla", recuerda.
Él tampoco podía volver a su país. Sólo pudo hacerlo hasta el año pasado, es decir, 19 años después de haber emigrado. Y lo que encontró, dice, fue a una Cuba tal y como la había dejado.
"Fue como salir ayer y regresar mañana. Yo vi el país en la misma situación, en el mismo caos, la gente en las mismas dificultades económicas, gastando gran parte del día con la alimentación de ese día. Las mismas dificultades de siempre", asevera.
L PASO POR SU ESPECIALIDAD
Para él fue como si el tiempo no hubiera pasado nunca o incluso si hubiera ido hacia atrás. El hospital donde hizo su especialidad, recuerda, estaba en peores condiciones que en su época de estudios.
"Quizás para los ojos del mundo exterior se piensa que ha habido cambios, pero en esencia el sistema sigue cerrado en sí mismo con un solo partido político, sin permitir partidos de oposición. La oposición en Cuba la gran mayoría de las veces es castigada, reprimida, y así es difícil avanzar", considera.
Pero a pesar de ser crítico hacia el régimen cubano, y de ser un orgulloso mexicano y sonorense, el doctor Matutes es fiel a su origen: Conserva su acento caribeño y tiene la ilusión, en algún momento, de llevar a toda su familia a conocer sus raíces.
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