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Dignifican con ropa a los más vulnerables

Una labor de más de trece años ha permitido al Banco de Ropa brindar vestimenta a personas en situación vulnerable, por lo que serán galardonados con el Premio Sonora a la Filantropía 2017.

Ante la necesidad de contar en la localidad con una organización que brindara ropa a personas en situación de calle, de escasos recursos y víctimas de desastres naturales, el Banco de Ropa se formó en 2005.

La labor inició con un grupo de empresarios que hoy forman parte del Patronato y crearon el "bazar del vale", donde las personas podían acudir a intercambiarlos por ropa al local ubicado en las calles Mariano Abasolo y Obregón, en el Centro de la ciudad.

Sonia Álvarez Amaya, directora del Banco de Ropa, platicó que dado que en Hermosillo ya se contaba con un Banco de Alimentos, faltaba una asociación que cubriera otra de las necesidades básicas del ser humano: La vestimenta.

"Tenemos una labor social con otras asociaciones de apoyo a niños, personas adultas mayores, drogadicción... es un trabajo en conjunto con el beneficiado directo y nos ha llevado a profesionalizarlos continuamente", dijo.

Las personas acuden a las instalaciones a adquirir la ropa por una pequeña cuota de recuperación, pero también se brindan prendas de forma gratuita a personas de escasos recursos.

"Nuestro beneficiado principal y prioritario es el de extrema pobreza, la persona migrante, en situación de calle, el adulto mayor en abandono... proporcionamos la ropa gratuita y tenemos un programa de apoyo al sector trabajador", detalló.

El Banco de Ropa se ha mantenido gracias a los donativos de los ciudadanos, pues las prendas, zapatos, muebles y otros enseres que algunas personas ya no utilizan pueden servirle a alguien más.

Sonia mencionó que no hacen campañas de recaudación, sino que reciben donativos en sus instalaciones o acuden por ellos; además, diversos comercios de ropa de la ciudad apoyan, lo que les ha permitido tener en bodega las prendas listas para donar.

"Siempre hemos recibido los apoyos de la solidaridad de los ciudadanos; es super importante recibir estos donativos, seleccionar, clasificar la ropa que le llevaremos; no hacemos campañas para recaudar, sino que ya tenemos para poder embarcar", dijo.

También han apoyado a damnificados por desastres naturales, como los afectados por los sismos en el Centro y Sur del País del año pasado o por las inundaciones en el Sur de Sonora y parte de Sinaloa.

Sólo durante 2017 se benefició a más de 61 mil personas, y no únicamente de Hermosillo, sino de otros municipios de Sonora y el País.

Álvarez Amaya detalló que a través de otras instituciones buscan llegar a más municipios y también realizan jornadas en campos agrícolas, para beneficiar a las personas cuyo bajos salarios no alcanzan para adquirir ropa.

"La gente tiene oportunidad de elegir las cosas que desee, con cuota de recuperación o no, nosotros no podemos elegirle la ropa a la persona, son distintos los gustos. Es digno que ellos elijan la ropa para sus propias necesidades", comentó.

A lo largo de trece años se han encontrado con infinidad de historias, como la de una pareja de señores que llegó a Hermosillo a una casa prestada, sin muebles, y lo único que pedían era un refrigerador.

"Tenían unos tendidos nada más en el piso y estaban con unos botes de pintura como asiento; la señora llevaba quimioterapia y el refrigerador era para sus medicamentos, los tenían en una hielera; ellos no pedían más. Les llevamos cama, base, y todo eso es gracias a la donación de las personas", compartió.

Además de apoyar a madres solteras de escasos recursos, adultos mayores, trabajadores, personas en situación de calle, migrantes y damnificados, el Banco de Ropa también busca que aquellos que no tienen una fuente de ingreso puedan aprender un oficio.

Con el taller de costura, y próximamente el de manualidades, se pretende que aquellos que no tienen la posibilidad de acceder a un curso, aprendan un oficio y puedan auto emplearse.

Además elaboran cobijas, sábanas y almohadas que posteriormente se donan a trabajadores de campos agrícolas o migrantes.

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