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El Imparcial / Hermosillo / Opus Dei

Un camino a Dios que inició hace 90 años

Era 1948, la Segunda Guerra Mundial había concluido apenas tres años antes y la prelatura del Opus Dei buscaba iniciar su obra fuera de Europa. Un viaje del joven sacerdote Pedro Casciaro a México fue determinante para que este País fuera el primero en el continente americano.

Así fue como en 1949 comenzó oficialmente la labor del Opus Dei en México, una institución que fundó en 1929 monseñor Jose María Escrivá de Balaguer, hoy santo de la Iglesia Católica.

En conmemoración por las nueve décadas de este movimiento en el mundo, se llevó a cabo en Hermosillo la conferencia "90 años soñando juntos", por parte del director de la Oficina de Información del Opus Dei en México, Francisco García Pimentel Ruiz.

Durante la charla, realizada en Los Lagos, el conferencista hizo un recorrido por la historia de esta prelatura, desde que fue fundada en España por Escrivá de Balaguer, quien entonces era un sacerdote de 26 años.

A pesar de la juventud del padre, la prelatura cobró rápida relevancia dentro de la comunidad católica, aseguró García Pimentel Ruiz: "En dos mil años de Iglesia no había habido algo así, con esa figura, con esa fuerza del mensaje".

El conferencista dijo que, casi al llegar a la mitad del siglo pasado, con la Segunda Guerra Mundial concluida, fue momento para que el fundador del Opus Dei pensara en comenzar a expandir el movimiento. Y encargó a uno de sus más jóvenes sacerdotes, Pedro Casciaro, que hiciera un viaje a América con este propósito.

"Algo pasa en ese viaje, porque al llegar a la Ciudad de México, en un templo en Polanco, así lo platica en sus diarios, una monjita que estaba en la calle, al ver al sacerdote, se hinca y le besa la mano y le pide la bendición. Esta devoción, este cariño, algo tiene, y deciden empezar su labor en México", señaló Francisco García.

Actualmente, resaltó, México es el segundo país en el mundo con más miembros del Opus Dei. De hecho, los primeros colegios que la Obra estableció en el continente fueron en la ciudad de Culiacán.

El mismo monseñor Josemaría visitó personalmente el País años más tarde, refirió, y se encomendó especialmente a la Virgen de Guadalupe.

"En ese sentido como que era muy mexicano, porque era guadalupano. Cuando en 1975 fallece, la última imagen a la que le rezó fue a la de la Virgen de Guadalupe que tenía en su cuarto. La última mirada que tuvo fue para la Virgen", expresó.

García Pimentel Ruiz, quien además es socio fundador de DiezLetras Comunicación y es escritor de varios libros, afirmó en su mensaje que el Opus Dei, aunque despierta dudas y confusiones en todo el mundo, se fortalece con las crisis, al igual que el resto de la Iglesia Católica.

"Nuestra Iglesia nació en crisis y siempre ha estado en crisis. No hay un solo día de la humanidad en que la Iglesia no está en crisis. Y no ha habido un día en que, a pesar de la crisis, no esté creciendo, no esté revitalizándose, llenándose de fuerza", aseguró.

Para finalizar su charla, también mencionó que está en proceso de beatificación la primera mujer del Opus Dei; además existe la intención de canonizar a un mexicano miembro de la institución.

"Arturo Álvarez sería, si resulta positivo el proceso, el primer santo mexicano del Opus Dei. Era un profesor de la UdG, que hizo una labor con los alumnos y maestros, y transformó su labor educativa en labor apostólica", agregó.

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