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Viven entre carencias y miedo al desalojo

Viven entre carencias y miedo al desalojo

El miedo al desalojo y la carencia de servicios básicos es a lo que se enfrentan día a día las personas que viven en alguno de los 14 asentamientos irregulares en Hermosillo.



Guadalupe Álvarez vive con su familia desde hace más de cinco años en la invasión Tres Reinas. Tuvo que dejar Bahía de Kino, su lugar de origen, para buscar una mejor calidad de vida para ella y sus tres hijos.



"Allá casi no hay trabajo y nos vinimos para acá buscando mejorar y tener más oportunidades para uno y los hijos", comentó la habitante del sector, quien se dedica a la venta de tortillas.



Otra de las habitantes quien omitió decir su nombre, sentenció que desde hace varias semanas se les ha estado amenazando a algunos pobladores que tendrán que desalojar el área ya que no cuentan con el título de propiedad.



"Hace unas semanas vinieron unas personas diciendo que no podemos estar aquí, algunos ya llevamos varios años en esta colonia, ya que muchos somos de otro lugar y vinimos a Hermosillo a buscar un mejor trabajo", comentó la afectada.



SIN NEGOCIACIONES



De los asentamiento irregulares que hay en el Municipio, aún no hay negociaciones con los particulares de los predios, debido a que no hay interés por parte de los propietarios, indicó la síndico municipal Angelina Muñoz Fernández.



La funcionaria señaló que a pesar de que se está trabajando en la regularización de dichos predios, algunos de ellos no pueden obtener este beneficio porque algunas familias se encuentran asentadas en zonas de riesgo.



"La ley nos tiene atados y aunque se le notifique a la persona sobre el riesgo que corre, las personas lo saben y no se quiere salir", comentó.



Cauces de arroyos y antiguos basureros municipales, son algunos de los lugares donde las personas tienden a realizar sus viviendas, las cuales se exponen a diferentes peligros ya que son catalogadas como "zonas de riesgo".



Algunas son susceptibles a la insalubridad de los espacios, ya que no cuentan con servicio de agua potable, ni de recolección de basura, mucho menos drenaje, por lo que utilizan letrinas.



Además se exponen a incendios o cortoscircuitos al tomar de manera clandestina la energía eléctrica con "diablitos", los cuales representan un problema durante la temporada de lluvias debido a que las personas pueden sufrir un incidente o provocar un incendio en las viviendas.



ESCASEA EL AGUA



En ocasiones una pipa acude dos veces por semana para brindar el servicio de agua potable, lo cual durante el verano es insuficiente y algunos habitantes manifiestan que se deben cuidar al realizar las faenas del hogar para no desperdiciar el líquido.



Ramona Buitimea, habitante de la invasión Altares, comentó que es necesario que las pipas acudan más de dos veces por semana a surtirles agua.



La inseguridad también es un problema constante en dichos lugares, afirman, ya que las patrullas no realizan recorridos en las zonas y deben estar pendientes de cualquier persona extraña que intente adentrarse a los domicilios.



"Antes tenía un foco ahí afuera, pero lo dejé de poner porque siempre se lo robaban, está muy mal la seguridad en esta zona, ya que muchas veces se ven personas a mediodía caminando con armas y machetes en la mano y los niños por fuera", manifestó una vecina, quien omitió dar su nombre.



La síndico municipal agregó que existen diferentes programas municipales para darles certeza jurídica a las familias que aún no cuentan con títulos de propiedad y que buscan ayudar a las personas que viven en invasiones a tener una vivienda digna y bajo la normatividad.



La mujer de 49 años comentó que para llevar algo de dinero a su hogar elabora manualidades con piedras, además de que en ocasiones realiza la limpieza en casas ajenas.



A pesar de sólo contar con el nivel de secundaria, Socorro desea superarse y espera algún día poder estudiar Enfermería o Administración Pública, pero por el momento se enfoca en la educación de sus hijas.



"A mí me gusta trabajar, me gusta luchar por lo que tengo para salir adelante, nunca es tarde para estudiar pero la prioridad son mis hijas, sacarlas adelante y decir que lo pude lograr", comentó.



Socorro indicó que en días pasados entraron a robar en su vivienda, de donde se llevaron un tambo de gas, que es de lo poco que tienen.



Actualmente, ella y sus hijas viven en casa de uno de sus vecinos, un adulto mayor que se encuentra discapacitado, él les brinda vivienda mientras que Socorro busca trabajo y las menores acuden a la escuela.

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