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Conseguir armas es fácil, en una edad difícil

Conseguir armas es fácil, en una edad difícil

El acceso a las armas de fuego en una edad particularmente difícil y a veces en un entorno que se presta a situaciones de riesgo, lleva a algunos menores de edad a obtener armas de fuego y cometer ilícitos con ellas.



Ya sea porque sienten la necesidad de pertenencia a un grupo o porque su adicción a las drogas los hace requerir de más recursos es que los jóvenes buscan obtener las armas, algo que a decir de los expertos, no es difícil.



De un total de 221 internos que existen en los seis centros del Itama, el 91% cometieron el delito bajo los influjos de la droga y se asume que ejercieron algún tipo de violencia, explicó su directora general.



Ana Dolores Quijada Chacón explicó que ejercer violencia en un acto ilícito implica desde hacer uso de la fuerza física, hasta ejercer el uso de objetos y armas, mismas que hoy en día son fáciles de adquirir.



Indicó que hay tres mecanismos que los menores utilizan para llegar a adquirir un arma."Número uno: Atiendo órdenes de mi grupo al que pertenezco y logro un nivel, y por el grado de confianza que tengo pues me dice, ‘te voy a asignar un arma porque tengo un objetivo de ir a hacerle daño a un tercero’, y luego como vio que ya fue efectiva mi orden, adquiero el arma", dijo.



La segunda forma de que el joven llegue a obtener un arma, agregó, es que simplemente el adolescente comente entre su grupo de amigos que necesita el artefacto, y es así como sale alguien y se la vende a precios sorprendentemente bajos, de acuerdo a lo que los mismos internos de Itama han comentado.



"Otra forma de adquirirlas es con la misma familia de los chicos, comenta un joven que su abuelo le había dejado unas armas a su papá como herencia, entonces se dedicó a registrar toda la casa hasta que encuentre el arma, y resulta que descubrió que su novia le fue infiel y fue y la mató", relató.



La directora general de Itama en Sonoradestacó que los jóvenes de secundaria y preparatoria son los que mayor peligro corren, ya que están expuestos a las redes sociales sin supervisión de los padres, y muchas de ellas están dirigidas por depredadores.



"Entonces los jóvenes por querer asumir un reconocimiento, una atención que nunca tuvieron de sus padres, de sus familias, de su entorno social, la asume a través de la redes sociales y se involucran a ese precio de la violencia: Al manejo de armas", añadió.



TODO ES MÁS FÁCIL



Y es que la facilidad que tienen los jóvenes para relacionarse con desconocidos, el acceso a diversos contenidos y la normalización de la violencia, pudieran ser las causas para que los adolescentes porten armas, dijo el sociólogo Jesús Durán Pinzón.



El docente de la Unison aseveró que en una sociedad donde a través de las tecnologías se puede acceder a cualquier cosa, incluidas las armas, se normalice la violencia y con ello aumenten los delitos.



"Tienen acceso a mayor información, a tener relaciones sociales a través de redes virtuales donde se puede encontrar todo lo que se busque, las relaciones no tienen el control que tenían antes", refirió.



"Las imágenes que se ven en todos lados van cargadas además de la violencia, de una especie donde no existe la culpa, los buenos asesinan a los malos y eso no merece sentir culpa, hay un despojo de la responsabilidad", citó.



El comportamiento violento que muestran los jóvenes es por lesiones en el cerebro que se iniciaron desde la infancia, debido al maltrato que sufrieron en su entorno familiar, ya sea físico, sexual o emocional, por omisión de cuidados, y llegan a tener patrones que los imitan, explicó Ana Dolores Quijada Chacón, directora de los centros del Instituto de Tratamiento y Aplicación de Medidas para Adolescentes (Itama).



"Un niño cuando vive eso en su infancia empieza a sentir dolor emocional, cuando se empieza a dar cuenta de la realidad, empiezan a sentir enojo, detrás del enojo hay una necesidad de afecto, una necesidad de haber sido atendido, de haber sido querido y acercado".



La doctora Chacón Quijano señaló que hay estudios que han demostrado que el exceso de violencia en los adolescentes se debe a un desequilibrio en el lóbulo temporal, que es una parte del cerebro localizada detrás de la sien, a un costado del oído.



Mencionó que las lesiones en el cerebro que traen muchos de los jóvenes que ingresan a Itama se agravan por el abuso de las sustancias como el tabaco, alcohol, cafeína y las drogas, principalmente el "crystal" y la mariguana.



La titular del Itama informó que los jóvenes internos reciben un tratamiento integral "Bio-Sico-Social", donde además de indagar en los posibles traumas sicológicos que el menor pudiera traer arraigados se busca una solución para que se reintegre a la sociedad y también se estudia si trae afectaciones en su cerebro.

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