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Vigorexia: Obsesionados con el músculo

Vigorexia: Obsesionados con el músculo

Siempre la vanidad fue su pecado favorito, por ello el sobrepeso con el que vivió durante su juventud lo mantenía insatisfecho con su cuerpo y la imagen que tenía para sí mismo y la que daba a los demás.



Su primer objetivo fue bajar de peso, hecho que logró a base de dietas recomendadas, con esto Isacc Raúl Duarte, un ingeniero en computación de origen sonorense y que vive en la Ciudad de México eliminó entre 20 y 30 kilos de su cuerpo, pero su imagen no era la que él deseaba.



Él no se asume como vigoréxico, aunque acepta que podría tener una ligera obsesión por mejorar su cuerpo, especialmente por satisfacer su deseo de perfección.



Para él un día normal consiste en levantarse a las 7:00 horas, preparar desayuno, laborar de las 9:00 a las 18:00 horas y entrenar de las 19:30 a las 22:00 o 23:00 horas; cuando se prepara una competencia, se ejercita una hora y media más por la mañana.



¿Conoce usted a una persona cuyo cuerpo es muy estético y atractivo a la vista de muchos, cuida estrictamente su alimentación, pasa horas ejercitándose en un gimnasio y socializa cada vez menos?



Si su respuesta es afirmativa, es probable que esté ante alguien que tiene una obsesión por su físico y el ejercicio, conocida como vigorexia, un trastorno con distintos niveles que hace a una persona visualizarse con menor masa muscular de la que posee.



Ésta es una de las llamadas adicciones del siglo XXI, la padece más el sexo masculino y se caracteriza porque quienes la poseen pierden la proporción de su cuerpo, se someten a rutinas extenuantes de ejercicio y hasta a operaciones estéticas en busca del cuerpo perfecto.



Entre los factores de riesgo identificados de manera general por especialistas que contribuyen a este trastorno figuran burlas en una etapa de la vida, el perfeccionismo de la persona, falta de armonía en la familia o influencia de la cultura estética de masas.



POCO A POCO


Isacc desde hace 10 años realiza actividad física, tiene 7 años con rutinas en gimnasios y desde hace 2 años está con un preparador que supervisa cada mes su índice de masa corporal, crecimiento muscular y acondiciona sus prácticas de ejercicio.



“Llegué a estar muy delgado y visualmente no era estético, fue entonces cuando decidí entrar a un gimnasio, empecé como todos que iba un mes y luego dos no y así, hasta que llegó un punto donde le tomé amor a lo que hacía, es como una forma de vida”, expresa.



El sicólogo Leonardo Aguirre Gallardo, considera que uno de los principales agentes relacionados con la obsesión que genera una


adicción al ejercicio es que las personas no aceptan su cuerpo.



“No acepto mi complexión y estoy buscando ser superior, verme bien ante mí mismo y los demás y valoro mucho las opiniones de terceros porque a partir de lo que ellos vean de mí es lo que yo voy a construir de mi imagen”, explica.



Los vigoréxicos siempre quieren más, detalla, a pesar de haber logrado crecer su masa muscular y conseguir un cuerpo estético y ahí se enfrentan a un proceso que puede afectar su salud porque coincide a veces con el uso de esteroides u otras sustancias que alteran el cuerpo.



“Esto tiene que ver con que no hay una aceptación de la identidad corporal, y eso viene a ser un trastorno, cuando hay una distorsión corporal es que yo creo que no estoy bien, a pesar de que mi cuerpo funciona perfectamente”, puntualiza.



TODO BAJO CONTROL


Isacc no se considera una persona que tenga una obsesión con el ejercicio, señala que hasta ahora lo tiene controlado.



“Es que te obsesionas un poquito con el físico, ahorita por ejemplo si yo llego a faltar una semana para mí es mucho, por tres días que ya falte al gimnasio, que estoy comiendo demasiado o que falte a mi dieta, me empiezo a estresar, a sentirme como deprimido”, afirma.



Quienes padecen esta obsesión, resalta el especialista en sicología, generalmente se someten a tratamientos quirúrgicos como cirugías plásticas o el uso del bótox para conseguir la perfección que desean.



¿CUÁNDO ES UN PROBLEMA?


La situación se convierte en un problema, expresa el especialista, cuando las personas empiezan a descuidar su trabajo, a descuidar a su familia, sus relaciones de amistad y tienen un entrenamiento físico excesivo que podría lastimar.



“En ese instante ya está habiendo una adicción, porque no está percibiendo el costo de las cosas que está haciendo, para él está bien, no va a pasar nada, él lo controla, eso es un pensamiento común y no logra dar cabida a que se puede estar afectando”, apunta.



Isacc siempre ha considerado una falacia el hecho de que la gente que va a los gimnasios lo hace por salud, pues de ser así tampoco comerían cosas que hacen daño en la calle, no bebieran alcohol, fumaran o consumieran drogas.



“Te mentiría si te digo que es por salud, si fuera por salud no comería tampoco muchas cosas que como”, expresa, “la gente quiere disfrazar como que va a los gimnasios por salud pero no es cierto, el que te veas mejor, te sientas mejor, te hace positivo para muchas cosas, te da salud mental”.



El especialista en acondicionamiento físico de la Unison José Carlos Estardante Valenzuela, asegura que el entrenamiento en exceso puede traer lesiones graves a quienes incurren en esa práctica.



Asegura que puede haber tres tipos de adicciones al ejercicio: Sicológica que es cuando se entrena para verse bien; la fisiológica, cuando a la gente le provoca placer ejercitarse y la del atleta, personas que siempre han realizado actividad física.



La recomendación, dice, es comenzar una rutina de ejercicios de menos a más, en especial si se es una persona sedentaria y acompañarse de chequeos médicos con especialistas como nutriólogos, cardiólogos y ortopedistas.



¿Qué es?


La vigorexia es un trastorno llamado también dismorfia muscular, lo padecen más los hombres y generalmente son personas con alta masa muscular. Se considera un trastorno de obsesión-compulsión, pues se consideran personas con imperfecciones y distorsionan su percepción de sí mismas.



Síntomas


Un persistente y duro programa de entrenamiento centrado en el levantamiento de pesas.



A veces entrenan tanto que sufren dolor y lesiones.


En casos graves faltan a tareas de trabajo, familiares y sociales por entrenar.



Se sienten mal cuando no están en el gimnasio y placer cuando están ahí.



Se obsesionan con tener un físico perfecto.


Quieren tener un control total sobre su alimentación y ésta es estricta.



Constantemente se observan al espejo y no toman en cuenta consejos sobre lo bien que lucen.


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