¡De tal palo a tal astilla!
Fue en punto de las 2:40 horas de la madrugada, cuando Lorenzo De Monteclaro hizo una pausa a su presentación.
Junto a él estaban sus músicos que, desde hace bastantes años, lo acompañan en sus presentaciones...a excepción de uno.
Esta persona abandonó la batería que había estado tocando por más de 20 años para cambiarlo por el micrófono y seguir los pasos de su padre en la música.
Don Lorenzo abrió el paso a su hijo, Ricardo De Monteclaro, a quien le cedió el redondel del Palenque para presentarlo ante todos como el heredero de su legado.
"Este es mi hijo, Ricardo De Monteclaro, que ya está encaminado a ser un gran cantante y ahora les va a cantar algunas canciones de su nuevo disco", dijo Lorenzo con un tono de obvio orgullo por su hijo Ricardo.
Ante todo el público del Palenque, que lo recibió con los brazos abiertos, estrenó algunos de los temas de su más reciente disco en solitario como "Seré el presidente".
Minutos después, padre e hijo cantaron juntos dos temas, siendo el más destacado de ellos "Norteño soy", un tema inédito que forma parte del disco "Seré el presidente" de Ricardo.
¡Entra triunfal "El Ausente"!
Pese a las horas de la madrugada, la gente se reanimó al instante en que el cantante entró al redondel del Palenque para acompañar a la Banda 3 Ríos con uno de sus más exitosos temas "El Ausente".
Con su característico buen humor, mostrándose sonriente y ameno a las personas que extendían la mano para saludarle, y reconociendo entre el público a algunas personas que el cantante conocía, Lorenzo contagió a las personas para ponerse de pie en sus asientos y buscar un espacio para ponerse a bailar al ritmo de la música.
Algunas de las canciones que Lorenzo De Monteclaro cantó fueron "Dime my friend", "De esta sierra a la otra", "Hey", "La carga ladeada", "Ayer bajé de la sierra", "Sonora Querida", "Laurita Garza", "Abrazado de un poste", "China de los ojos negros", "Nocturno a Rosario", "Ese señor de las canas", entre otras más.
Uno de los temas más coreados de la noche fue cuando Lorenzo De Monteclaro, uno de los artistas más consentidos del estado, regaló al público del Palenque los temas "Sonora Querida" y "Ayer bajé de la sierra", volviendo a poner de pie a quienes habían retomado sus lugares, y a acompañarlo a cantar mientras sostenían sus bebidas en las manos.