Conocer la fe cristiana católica es un gran tesoro: Emilio Palafox
En el conocimiento de la fe cristiana católica el creyente tiene un gran tesoro y riqueza para dar a los demás, así como un alimento se comparte con quienes no lo tienen, considera el padre Emilio Palafox Marqués.
Para el sacerdote originario de Granada, España, radicado en México desde 1951 y en Hermosillo durante las últimas casi cuatro décadas, no hay un mejor estilo de vida que aquel predicado por Jesús hace dos mil años y que sigue presente a través del Evangelio.
Palafox Marqués, quien en el pasado mes de julio celebró su cumpleaños número 90, estudió la carrera de Biología en su natal España, pero desde muy joven se formó en la fe católica y hoy se confiesa un enamorado de esta Iglesia.
Aunque tiene muy presentes los ejemplos de San Juan Pablo II y del papa Benedicto XVI, el padre Emilio también se expresa con especial emoción del actual Sumo Pontífice, Francisco.
A continuación la entrevista completa con el padre Emilio Palafox Marqués:
¿Cómo ha sido su vida al servicio de Dios?
Yo estudié la carrera de Biología, ya formaba parte del Opus Dei como laico, los laicos del Opus Dei son cristianos católicos que se comprometen ante la sociedad y ante Dios a santificar el trabajo y convertirlo en ocasión de servicio a los demás, de acercar a Dios a los demás.
En un viaje del fundador del Opus Dei, que es San José María Escrivá de Balaguer, entonces monseñor Escrivá, un día en Madrid nos fue hablando a varios de nosotros y me preguntó si tenía inconveniente, como ya había terminado los estudios previos, de ordenarme sacerdote y venirme a México.
Un mes después ya estaba en México, en el aeropuerto, ese mes fue de prácticas sacerdotales en Madrid y en Barcelona para adiestrarme en la que sería ya mi tarea a lo largo de estos años.
Sobre todo me he ocupado aquí en el Noroeste, casi 40 años en Hermosillo, pasé dos periodos de cinco años en Culiacán, en la Ciudad de México también un periodo largo.
La labor sacerdotal nuestra consiste principalmente en la dirección espiritual, confesión, dirección espiritual de los fieles, de las personas que desean llegar a más, y también de las personas que no han llegado.
¿Qué experiencias le han marcado como sacerdote?
Recuerdo cuando tuve en Guadajalara que preparar a una muchachita de origen judío para recibir el bautismo en la Iglesia Católica, es una de las cosas más bellas que hay para un cristiano católico y desde luego para un sacerdote.
Aquí en Hermosillo participé principalmente en el seminario, he tenido ocasión desde que llegué de dar dirección espiritual en el seminario, en el menor y en el mayor, dar retiros.
Es muy bonito tener contacto, en el menor son gente muy joven, muchachos que han terminado la prepa y que tienen un año o dos de preparación para confirmar su vocación sacerdotal y pasar al Seminario Mayor.
Tuve ocasión de estar en Catedral cuando se ordenaron tres nuevos sacerdotes y un nuevo diácono, y vi a la larga distancia cuando llegué para acá y empecé a tener contacto con los seminaristas de Hermosillo y darles algo de mi cariño, de mi experiencia.
Este es un capítulo tal vez de los más bonitos para un sacerdote, aunque en mi caso me dedico principalmente a la dirección espiritual de laicos; laicos son hombres y mujeres jóvenes y no tan jóvenes que desean confirmar la fe y practicar más intensamente su fe católica.
¿Qué ha sido lo más difícil en este camino?
El sacerdote tiene que hacer suyas las preocupaciones y las situaciones que viven los demás, y claro, encontrarse con un matrimonio que está en crisis, con peligro de romperse, con una persona que pueda haber perdido la fe, todo esto indudablemente crea una identificación con alguna persona cuyo matrimonio está en una situación difícil.
Hay que dar seguimiento a aquel caso, e implicarse es sufrir con el que sufre, en este sentido sí, la vida sacerdotal lleva consigo las alegrías de las que hablaba hace un momento, como las jovencitas que eligieron la fe católica y recibieron el bautismo a los veintitantos años, y el sufrimiento de quien, ante una crisis espiritual, ve que se derrumba su vida.
La misión del sacerdote, la misión mía, con aciertos y con muchos errores, indudablemente, es ir conduciendo a aquella persona a Dios, y Dios no pierde batallas.
¿Cómo ha visto la llegada del papa Francisco al frente de la Iglesia Católica?
A mí me han tocado los papas anteriores, San Juan Pablo II, en su largo pontificado lo conocí, estuve cerca de él, tuve la oportunidad de estar en Roma y cuando vino en sus múltiples viajes a México; después el cardenal Ratzinger, Benedicto XVI, un Papa que tenía un historial muy bello.
(El papa Francisco) es el primer latinoamericano en la sede de Pedro, tenía que venir un cambio, un giro total, es otra mentalidad, el ser latino tiene, tenemos otra mentalidad, otra actitud.
Él con frecuencia preguntaba en la confesión ‘¿das limosna? Cuando das limosna, ¿la das cariño?’ Ese es el antecedente del hoy papa Francisco, el sacerdote que atiende a los fieles en su Diócesis y que ahora tiene el mundo entero como lugar donde tiene que ejercer.
Lo hemos visto incluso confesarse él mismo, hay una grabación en la que el Papa se acerca a un confesionario, se arrodilla y se confiesa.
La Iglesia Católica es la misma que Cristo fundó sobre Pedro y los apóstoles y que a lo largo de estos veinte siglos ha sido presidida por el obispo de Roma, y en este momento preside el actual obispo de Roma, el papa Francisco.
¿Cómo ve actualmente a la Iglesia Católica, qué retos enfrenta?
La veo con el cariño de un hijo de la Iglesia Católica, soy católico por familia, después por la formación, debí estudiar a fondo la Teología dogmática, moral, bíblica y canónica para el sacerdocio, y el conocer lleva a querer.
Mi conocimiento de la fe católica para el sacerdocio y la vivencia de esa fe me ha llevado, si lo puedo decir así, a enamorarme de la iglesia católica, la santa Iglesia Católica.
La Iglesia Católica se va queriendo de esta forma, y al preguntarme cuál es mi actitud y mi modo de ver a la Iglesia, es la de un cristiano enamorado de la Iglesia, y viendo qué lo que necesita nuestra Iglesia Católica de nosotros, de los creyentes, es la fidelidad más profunda.
Y de los no creyentes diría que respeto. Es tan respetable la Iglesia Católica en el mundo por lo que está haciendo.
¿Qué recomienda a los feligreses para vivir una vida apegada a los principios de Dios?
El Evangelio, la vida de Cristo.
Si uno se acerca un poquito a lo que dijo y a lo que hizo se enamora de ese estilo de vivir y de pensar.
Eso está contenido en los Evangelios.
La segunda parte de la Biblia es el Nuevo Testamento, y una parte muy importante son los Evangelios.
Leyendo, fijándose, aplicando a la propia vida los textos evangélicos se va conociendo a Cristo, y se siente uno tan cercano a la verdad predicada por Cristo, enseñada por la Iglesia.
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