Recuerdan los cuatro regalos de Jesús

Fueron cuatro regalos de amor los que Jesús dejó cuando celebró la última cena con sus apóstoles y que aún deben estar presentes para los creyentes, señaló el arzobispo de Hermosillo, José Ulises Macías Salcedo.

Al oficiar ayer la misa de Jueves Santo, en la que se recuerda el lavatorio de pies de Cristo hacia sus discípulos, el sacerdote expresó que este gesto no es más que una hermosa lección de Dios sobre humildad y amor.

La institución de la eucaristía, del sacerdocio, el precepto de amarse unos a otros como él amó, y el mismo lavatorio de los pies, fueron los cuatro regalos de Jesús, dijo Macías Salcedo durante la homilía.

En la última cena, Jesús celebró por primera vez una misa, señaló el arzobispo, y junto a sus apóstoles dio gracias al Padre por el pan y el vino.

“Si Cristo no hubiera instituido el sacerdocio, sólo se hubiera celebrado

aquella eucaristía, pero quiso que en su eucaristía se siguiera expresando el amor que nos tiene, y para eso instituyó a los sacerdotes”, aseguró.

En el inicio de su mensaje, Macías Salcedo también tuvo palabras para recordar al periodista desaparecido Alfredo Jiménez Mota, por cuya familia pidió oración ante Dios.

“Hace 10 años, alguien como ustedes fue elegido como apóstol para ser lavados sus pies, nuestro hermano, el reportero Alfredo, me comentaba su gran alegría, estaba feliz porque también había comulgado”, recordó.

Posterior a la homilía se llevó a cabo el acto del lavatorio de pies, por parte del padre Manuel Lizárraga, a doce hombres.