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El Imparcial / Hermosillo / notamigracion

Se ganan la vida haciendo ladrillos

La actividad de los ladrilleros es una labor muy pesada, pero es una forma de ganarse la vida, como lo hace Alfredo Monárrez, de 64 años, quien trabaja con gusto y actitud positiva.



A diario se levanta a las 05:00 horas en la colonia Antorcha Campesina y tiene que caminar 2 kilómetros, acompañado de su esposa Martha Gloria Balbastro, para llegar a su lugar de trabajo, que se ubica en Lázaro Cárdenas final al Noroeste de la ciudad.



“A mi edad sólo puedo hacer por los menos 100 adobes y me gano 100 pesos diarios para poder comer, ya que es poco el dinero y muchas las cosas que necesito para subsistir”, mencionó el señor Monárrez mientras con una pala escarbaba en la tierra.



Otra persona que se dedica a la misma labor es Leonardo Mayboca, quien mencionó que en ocasiones las autoridades no les dejan trabajar porque cuando van cargados de leña que está permitida, los detienen y cuando van cargado de ladrillos también.



Buscan cualquier pretexto para no dejarnos trabajar, dijo, a pesar de que hemos dialogado con las autoridades.



“Nosotros estamos realizando esta actividad ya muy lejos del gran sector del casco urbano y no afectamos tanto el medio ambiente porque usamos materiales combustibles como leña, madera y aceite”, destacó Mayboca.



Es muy dura la vida del pobre en esa parte de la ciudad, manifestó, ya que invierten muchas horas y algo de dinero para elaborar los ladrillos.



Indicó que tan sólo el tambo de aceite lo adquieren por 300 pesos cuando antes estaba a 40, además el adobe se tiene que cocer por alrededor de 17 horas y cuando el tiempo es malo como en la Semana Mayor tienen pérdidas porque debido a los vientos el adobe se cuece de forma irregular.

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