Dar servicio al boiler y la estufa lo salva de un susto ¡o la vida!

Para prevenir una explosión, o el típico “flamazo”, en los calentones de agua y estufas de los hogares durante esta época de frío, es recomendable utilizar tubería de cobre en las conexiones del gas y no las mangueras modernas de ahora, dijo Severiano Gaytán, experto en el cuidado y mantenimiento de calentones y todo tipo de plomería.

Don Severiano comentó que para prevenir cualquier accidente, antes de comenzar a utilizar los calentones de agua, así como las estufas, es necesario que un plomero experto les dé servicio para prevenir accidentes.

“Cada 6 u 8 meses uno le tiene que dar servicio a los ‘boilers’, cosa que nadie lo hace, pero es algo que se tiene que hacer para que no haya accidentes.

“Esto implica drenar el agua para que no se cree sarro y revisar las tuberías, que estén en buen estado y no existan perforaciones; también se revisa que el termostato esté funcionando correctamente”, explicó el experto.

Agregó que es muy importante que la tubería sea de cobre, ya que las mangueras “de ahora”, están hechas de material de hule, recubiertas solamente por una malla metálica, por lo que son más propensas a que se hagan abolladuras y se presente una fuga que conllevaría, en el peor de los casos, a una explosión.

“Es importante que las conexiones sean de cobre, porque ahora se usan las mangueras esas modernas que sí sirven, pero son más peligrosas.

“Esas mangueras están hechas por dentro de hule y sólo las cubre una malla metálica, y cuando se prende el horno de las estufas, por ejemplo, se calientan y se inflan con el mismo calor y pueden achicharrarse o explotar, por eso es necesario estarlas checando seguido”, informó el experto.

Cuidado con las mascotas

El plomero indicó que con este tipo de mangueras es muy importante estar revisando seguido las conexiones, sobre todo las que están más expuestas como los “boilers”, ya que si se tiene algún perro como mascota, es muy común que estos animales muerdan la manguera y la perforen sin que su dueño se dé cuenta, arriesgando así hasta la propia vida.