Cáncer no es sinónimo de muerte, dice Alejandra

Una detección más tardía pudo haber sido la diferencia para Alejandra Muro Espinoza, pero el encontrarse una repentina bolita en su pecho y acudir al médico fue su mayor ayuda para vencer al cáncer de mama.

“Me estaba poniendo crema un día, y ya me toqué y sentí una bolita, me fui con el ginecólogo que me mandó a hacer la mamografía y el ultrasonido, y desde que lo leí, que decía ‘calcificaciones peligrosas’, yo dije ‘algo tengo’”, refirió.

Sólo al recibir el diagnóstico y saber que padecía de esta enfermedad le hizo sentir temor, sobre todo por la incertidumbre de qué pasaría con su hija en caso de que no lograra ganar la batalla, pero en ningún momento perdió el ánimo.

Pero a partir de ahí, aunque la enfermedad era más difícil algunos días que otros, la mayoría de los pensamientos de Alejandra eran de que todo saldría bien, que se recuperaría y que su niña, Scarlet, tendría a su mamá por mucho tiempo.

Luego de tres años desde el diagnóstico, en los que hubo operación, quimioterapias, radioterapias y aún sigue en tratamiento, para la paciente el cáncer ahora significa una prueba casi superada.

Para poder salir adelante, además de su actitud positiva, dijo, bastó con ver cuántas personas estaban a su lado, cuánta gente quería verla sana otra vez, en especial Scarlet.

“Yo ahora lo veo como una bendición, porque todo pasa, después vienen cosas buenas y todo se me ha ido dando muy bien, creo que estoy en la mejor etapa de mi vida, lo que uno debe hacer es no preocuparse por los pequeños detalles, sino dar gracias por lo que tiene”, expresó.