Joya natural
En el Mar de Cortés, la diversión surge de manera divertida frente a la Isla San Pedro Nolasco.

Frente a la costa sonorense, la Isla San Pedro Nolasco emerge como un santuario natural donde el mar y la vida silvestre se entrelazan.
Reconocida por su biodiversidad marina, la isla es hogar de una importante colonia de lobos marinos de California, así como de aves como el bobo café y el pelícano pardo.
Sus acantilados y aguas cristalinas la convierten en un paraíso para actividades acuáticas. El buceo y el snorkel revelan arrecifes llenos de color, mientras que un paseo en yate o velero permite contemplar la isla desde todos sus ángulos.
Durante el invierno y la primavera, las aguas cercanas pueden sorprender con la majestuosa presencia de la ballena gris.
Gran biodiversidad
Declarada Área Natural Protegida, esta isla deshabitada es hogar de una sorprendente biodiversidad, tanto en tierra como bajo el agua.
En sus riscos y laderas rocosas anidan miles de aves marinas, como pelícanos, cormoranes y gaviotas, que ofrecen un espectáculo único para los amantes de la observación de aves.
También es uno de los pocos refugios de la colonia de lobos marinos de California en la región, cuya presencia se convierte en una experiencia inolvidable para quienes se acercan en embarcación.
Pero es en sus aguas donde la magia se intensifica. San Pedro Nolasco es considerado uno de los mejores sitios de buceo y snorkel del noroeste mexicano. Sus arrecifes y formaciones submarinas resguardan cardúmenes de peces multicolores, tortugas marinas, rayas y, en temporada, incluso mantarrayas gigantes y delfines.
La visibilidad cristalina permite apreciar jardines de coral blando y la majestuosidad del ecosistema marino.
Visitar la isla es adentrarse en un paraíso natural, ideal para la aventura, la contemplación y la conexión profunda con la vida silvestre.
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