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¡Las mejores vacaciones en Flagstaff!

Historia, paisaje natural y vestigios de un pasado prodigioso en un solo lugar, al norte del estado del Gran Cañón.

¡Las mejores vacaciones en Flagstaff!

En pleno norte de Arizona, rodeada por un bosque nacional y coronada por la majestuosa montaña Humphreys Peak, se encuentra Flagstaff, una ciudad que parece hecha a mano por la naturaleza para quienes buscan un verano diferente, lejos del calor agobiante y del bullicio de las grandes urbes.

Con su clima fresco, paisajes alpinos y una sensación de relajación, este lugar se ha convertido en uno de los destinos favoritos para vacacionar durante los meses más cálidos del año.

Paraíso al aire libre

A más de 2 mil 100 metros sobre el nivel del mar, Flagstaff ofrece temperaturas veraniegas agradables que oscilan entre los 20 y 30 grados Celsius, lo cual la convierte en un auténtico oasis en el desierto de Arizona.

Esta frescura invita a caminar por senderos sombreados, recorrer colinas cubiertas de pinos ponderosa y explorar cañones que parecen escondites secretos de la Tierra.

Para quienes aman las actividades al aire libre, el verano en Flagstaff es una invitación abierta a andar en bicicleta, acampar o simplemente contemplar el paisaje sin prisas.

Joyas naturales

Una de las joyas naturales más impresionantes de la región es el Walnut Canyon National Monument, donde los visitantes pueden observar formaciones rocosas espectaculares y vestigios de viviendas construidas hace siglos por los antiguos habitantes del área.

Otra maravilla cercana es el Sunset Crater Volcano National Monument, un testimonio del pasado volcánico de la región que permite caminar sobre antiguos flujos de lava y entender cómo la geografía del norte de Arizona se formó a partir del fuego.

Bajo las estrellas

Además de sus tesoros naturales, Flagstaff tiene una rica herencia cultural y científica.

Es hogar del Lowell Observatory, el histórico lugar donde se descubrió Plutón en 1930.

En las noches despejadas, mirar las estrellas desde Flagstaff, la primera Ciudad Internacional del Cielo Oscuro del mundo, es una experiencia casi mágica.

El cielo estrellado aquí no compite con luces artificiales: es profundo, inmenso y perfecto para quienes quieren reconectar con el universo.

Para quienes buscan una experiencia más contemplativa, Flagstaff ofrece la posibilidad de recorrer su centro histórico, donde el arte, la música y la historia se combinan con el entorno natural.

Más que un destino turístico

Además, su ubicación estratégica permite realizar excursiones de un día a lugares icónicos como el Grand Canyon, el Bosque Petrificado o el mágico Desierto Pintado, todos accesibles por carretera y rodeados por una atmósfera de tranquilidad.

Flagstaff no solo es un destino para hacer turismo, sino también para encontrarse con uno mismo.

Es un sitio ideal para detener el tiempo, para respirar profundo entre pinos centenarios, para escuchar el canto de los pájaros o el crujido de los senderos bajo las botas.

Ahí, el verano no es sinónimo de prisas ni de multitudes, sino de calma, exploración y reencuentro con lo esencial.

En definitiva, vacacionar en Flagstaff durante el verano es abrir la puerta a una experiencia de conexión auténtica con la naturaleza, con la historia y con el silencio.

Es recordar que, a veces, lo más valioso de un viaje no es lo que se compra, sino lo que se siente.

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